El corredor mexicano de autos “Checo Pérez” sube al pódium logrando recientemente el tercer puesto en el Gran Premio de Rusia de la Fórmula 1 (F1) y ya empieza a dar sabor a lo que se vivirá cuando el primer día de noviembre, vea la luz y dé paso a una fecha histórica del automovilismo en México.

Regresa la Fórmula 1 a nuestro país y con ello dará paso al glamour, bellezas, autos monstruosamente veloces, pero principalmente va a contribuir a la bolsa financiera de esta empresa piloteada por su CEO (Jefe Ejecutivo por sus siglas en inglés) de origen inglés, Bernnie Eclestone. Además de la oferta de beneficios orientados a la alta sociedad y sus clientes cosmopolitas, lo cual asegurará la notoriedad económica del país organizador.

Financieramente este regreso a México no tendría por qué no ser un éxito. Eclestone no apuesta sin antes saber que ya está ganado, pues en este espectáculo el único que pierde es aquel que no pudo entrar a verlo. 

La Corporación Interamericana de Entretenimiento, empresa encargada de traer este espectáculo a nuestro país por los próximos 5 años, invertirá 150 mdd, de los 360 mdd totales. El resto de la inversión vendrá del Gobierno de la República y el del Distrito Federal, más otros patrocinadores nacionales activos en esta categoría del automovilismo.

El mandamás de estas carreras desde hace más de 40 años, Ecclestone, ya ha descorchado su propia champagne al haber firmado el contrato con CIE (Corporación Interamericana de Entretenimiento), pues él sabía que la efervescencia de la Fórmula 1 en México es activa y cautiva de una parte de la sociedad que necesita este tipo de espectáculos para hacer notar su poder adquisitivo, además de estar en un punto estratégico con EU y Latinoamérica. Supo leer la necesidad política y económica que tiene nuestro país de mostrar al mundo que está a la altura de este tipo de espectáculos de talla internacional.

Algunos de los obstáculos que tendrán que sortear los organizadores en esta carrera financiera son: el tipo de cambio, que está en ascenso en nuestro país. Desde que se hizo oficial el evento, en septiembre, a la fecha el tipo de cambio ha pasado de los 12.97 hasta los 17 pesos; la reventa exorbitante, es decir, cuidar al cliente así como el sobrecupo, y por último mantener una buena estrategia publicitaria y de promoción para que el cliente no se canse y siga asistiendo los años que vienen a este evento, cuando quizá ya no sea la moda; si no, pregunten a los organizadores de la serie Nascar cómo les fue en 2008.

En fin, la expectativa financiera, política, económica y social respecto a este evento es enorme. La Fórmula Uno como empresa es sumamente rentable; la respaldan, según las revistas especializadas en finanzas, 12 mil mdd de capital. 

Esta empresa gana aun en Países que están en recesión; se instala en ellos, les ofrece nuevas oportunidades de negocios por una cuota que les garantice recibir el Gran Premio, y además tienen firmados contratos con más naciones para llevar su circo de velocidad más allá de 2020.

Este año, la firma de Ecclestone facturará nada más y nadan menos que 3 mil 300 mdd. Por último, el rey midas del automovilismo envía un claro mensaje: México estaba abajo de muchos otros Países que querían una gran carrera de autos, pero con dinero también se escalan posiciones para llegar al pódium.