Es la corrupción

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Es la corrupción

La frase del expresidente Bill Clinton, “Es la economía, estúpido” está muy choteada. Este término, que según el Diccionario de la Real Academia Española se atribuye a una palabra corriente por repetirse en exceso, es lo que me invitó a no usarla.

El lunes pasado el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) realizó el Foro Hablemos de Corrupción. Ahí se expuso que anualmente la corrupción nos cuesta a los mexicanos nada más, ni nada menos  que 890 mil millones, aseguró María Amparo Casar, directora de Anticorrupción del IMCO, lo que significa, dijo la especialista, que cada mexicano paga diariamente 165 pesos. Para usted es poco o es mucho, analícelo: si lo multiplica por los 365 días del año, usted pagaría 60 mil 225 devaluados pesillos. 

Según la especialista en este tema, los mexicanos pagaríamos por la corrupción el equivalente a 7.7 veces el presupuesto de la Secretaría de Desarrollo Social, por lo que los estratos sociales más afectados son los más bajos.

De ese tamaño es el problema, pero los mexicanos volvemos la espalda, no queremos asumir que nos afecta en nuestra vida diaria y tampoco los empresarios quieren entrarle al problema, aunque les cuesta, según Casar, hasta un 5 por ciento de sus ventas anuales.

Por si algo faltara, la especialista agrega que según el Índice de la Percepción de Transparencia Internacional, México pasó del lugar 64 al 103 en el índice de Transparencia de 177 países, o sea,  se encuentra entre los más corruptos. 

Por su parte, el titular de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), Juan Manuel Portal, propuso crear la figura de “Ciudadano Informante”, una especie de testigo protegido para denunciar actos de corrupción en el ámbito público y privado.El auditor federal definió que los funcionarios comprometidos con el combate a la corrupción deben considerar para sí “la adopción, el mantenimiento y el resguardo de una política de integridad que sirva de referencia a los integrantes de una institución; el abandono definitivo de la idea de que el servicio público es una alternativa para el enriquecimiento personal”. Por desgracia, lo que exhiben la mayor parte de los políticos es que acceden al poder para robar todo lo que pueden, y estamos colmados de ejemplos, Humberto Moreira es el más cercano.

En México el ciudadano común percibe que el gobierno de Enrique Peña Nieto, es poco o nada transparente. Así lo expresa un 72 por ciento, según la última encuesta del Latinobarómetro 2015. De hecho, se observa un clima de crispación en la ciudadanía, tanto por la corrupción como por la impunidad.

Posdata
Hace casi un año elementos del Ejército Mexicano con sede en Torreón irrumpieron en las instalaciones de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila a fin de identificar a estudiantes y profesores que participaron en las manifestaciones de protesta por la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. El hecho se repitió la semana pasada cuando las fuerzas castrenes fuertemente armadas entraron al campus universitario del Ateneo Fuente a las 7:00 horas y permanecieron ahí hasta las 15:00 horas. Según explicaron  agentes de seguridad de la Universidad, esto se debía a “la visita del gobernador Rubén Moreira”.

Los universitarios se sienten agraviados, y señalan que el Rector carece de facultades para autorizar estos actos que indignan y  ofenden. Además, ambos sucesos transcurrieron sin que Blas Flores se pronunciara para defender la autonomía universitaria, vulnerada con estos hechos. 

Hay que recordar que Moreira mandó a Fuerzas militares a resguardar la llegada de los equipos de trabajo para la instalación del Cimari de General Cepeda. Moreira se complace en violar la ley ultrajando al pueblo y a los universitarios.