Entretenimiento, espectáculo y reflexión

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Entretenimiento, espectáculo y reflexión

Antes eran películas.

Ahora son series. Se acentúa la adicción televidente. El monstruo mediático devora tiempo a dentelladas. Si a eso sumamos los ingeniosos y vistosos juegos en el mundo celular, tendremos gente somnolienta, evadida de la realidad y, en cierto modo, infantilizada por las imágenes ficticias de pantalla salpicada de emojis y de memes.

La concentración está en crisis por la constante interrupción de los mensajes que vienen y que van. El chateo se da en todas las modalidades de la distracción. El gran negocio del entretenimiento impulsa la efervescencia de distractores. Se suma el espectáculo al show que tiene espectadores a todas horas.

Gente conectada a su trampolín de bolsillo desde el cual puede echarse clavados y ver paisajes de Marte, juegos de futbol, tiktokers de pisa y corre, apaga y vámonos, con manjares audiovisuales de todos los sabores para la gula de toda la comunidad apantallada.

Al insomnio por noticias depresivas o alarmantes y amarillistas y violencias de intimidación se suma la incomunicación con los más cercanos. La actividad cerebral está llena de hierbas, maleza, hongos y basura, con pensamientos parásitos que ensucian el silencio y la paz interior.

La reflexión y el descanso verdadero se ven, desde ese mundo invadido, como pérdida de tiempo. Las mejores técnicas de estudio quedan almacenadas y se atrofian por desuso. En los mejores se desarrolla una muy buena capacidad de discernimiento para no dar luz verde a lo que no tiene sustento de prueba suficiente.

VICIOS DE COMUNICACIÓN

Se da también ese gatopardismo de la comunicación en que se da más de lo mismo como opinión endeble, travestida de verdad.

Lejos de una ascética de transición se recorre el mismo camino con distintos vehículos. Quiere verse fachada ya en la obra negra. Se reclama mazorca en tiempo de siembra.

Se quiere abrazar bebé en tiempo de embarazo, lejano aún del alumbramiento. Se quieren dividendos en tiempo de inversiones. Se quiere ganar Zamora en una hora. Se prefiere continuar con equilibrios sucios en lugar de correr los riesgos de una mejor estabilidad. Se quiere mística y éxtasis sin esfuerzo ascético. Y prosperidad sin pagar su precio. Se añoran migajas anacrónicas por no cortar rebanadas.

Se invocan baraturas trasnochadas sin ver desproporciones con sucesivos aumentos de ingreso. Se multiplican las quejas por incomodidades de reparación. Se suelen lamentar esfuerzos sin valorar avances y se ven siempre pérdidas y sustracciones aun donde constan restituciones y distribución. No se distingue el alertar del alarmar. Es actitud monótona de la que brotan infinidad de estridencias.

DIETA CONTRA FUEGOS

Surgen sugerencias frente a las llamaradas voraces en la sierra. Algunos dicen que pueden establecerse más sitios de vigilancia para nunca llegar tardes una policía montada. Otros dicen que se requieren mejor equipo para extinciones.

Se comenta que se fomenten los termos y una dieta de excursión que excluya carnes asadas y lo que requiera calentamientos. Que se registre uso de hornillas para supervisar después e intensificar campaña de técnicas de precaución y hábitos de cuidado. Sierra y fuego es un maridaje de riesgos. Si no se puede evitar, llegar a lo mínimo de uso de calor sin flama y con el máximo de seguridad al apagar totalmente…