Entre odios y semejanzas

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Entre odios y semejanzas

Pocas personas atacaron más a Andrés Manuel López Obrador en su camino a conquistar la Silla Presidencial que Vicente Fox. Casi de todo hizo el expresidente panista con tal de evitar que AMLO progresara en sus intentos electorales.

Fox minimizaba todos los logros que el entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal tenía. Como por ejemplo, cuando el entonces perredista emprendió la construcción del segundo piso en el Periférico o la beca a las personas de la tercera edad, el Presidente decía que todo lo alcanzado era gracias al apoyo de la Federación.

El odio del guanajuatense llegó al grado de hacer todo lo posible para que “Lopitoz”, como despectivamente lo llamaba, no llegara ni siquiera a candidato presidencial.

Primero se encargó de filtrar en el popular programa televisivo de Brozo el video mediante el cual el empresario Carlos Ahumada entregaba a René Bejarano, hombre de todas las confianzas de AMLO, cientos de billetes para los cuales Bejarano pidió ligas. Con ello la creciente popularidad del tabasqueño se vio mermada.

Sin embargo, con el intento de desafuero por la ocupación supuestamente ilegal de unos terrenos en Santa Fe para hacer una calle que conectara con un hospital de la zona, López Obrador creció al insistir que era la víctima de un complot de la mafia del poder.

Los días fueron pasando y el odio entre ambos fue creciendo, sobre todo a raíz del apretado triunfo electoral de Felipe Calderón, quien fue llamado por AMLO como presidente espurio.

Hermann Hesse en una ocasión dijo: “Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros”. Y es verdad. Si tanto se odian Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador, es por lo tanto que se asemejan.

Cuando el de Guanajuato quería ser quien sacara al PRI de Los Pinos, fue blanco de distintos intentos legales para evitar que se convirtiera en el candidato panista, como por ejemplo que era hijo de padres extranjeros y que no cumplía con los requisitos constitucionales para ser elegible Presidente. Lo mismo sucedió a López Obrador cuando competía por ser el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, pues se cuestionaba la legalidad de su candidatura por ser de Macuspana, Tabasco, y supuestamente incumplía el requisito legal en cuanto a los años de residencia en la Capital.

Otra semejanza entre Fox y AMLO es que ambos fueron excelentes candidatos y pésimos presidentes. Los dos eran carismáticos, movían masas y ambos fueron capaces de encarnar la esperanza de un cambio y de una transformación para México.

Uno y otro utilizan un lenguaje coloquial con tal de parecer más cercanos a la gente. Mientras Fox decía aquello de alimañas, tepocatas y víboras prietas, López recurrió al cállense chachalacas, al canallín, al fuchi caca, al fifí y al “me canso ganso”.

Otra semejanza entre Vicente Fox y López Obrador es que los dos han sido los presidentes que quizás se han quejado más de los periódicos y de los periodistas. Mientras el panista aseguraba que estaba “bajo una metralla impresionante de ataques por una sarta de babosadas”, el morenista ha ofendido a los periódicos y a los periodistas con distintos calificativos: “Muerden la mano que les quitó el bozal”; “periódicos fifís”; “chayoteros”; “pasquines conservadores”; “prensa hipócrita”, etcétera.

Incontables parecidos podríamos enumerar entre ambos presidentes. Sin embargo, existe una semejanza que posiblemente sea evidente con el paso de unos cuantos años.

Fox cometió el error de otorgarle demasiado peso a la opinión de su esposa en asuntos de gobierno. Eso lo fue aislando de sus colaboradores y, lo que es peor, de los intereses nacionales. Tanta influencia tenía Marta Sahagún sobre Vicente, que incluso llegó a hablarse de la pareja presidencial, o al grado que se incluyera a la Primera Dama en la lista de precandidatos del PAN.

La historia podría repetirse, pues cada vez se escucha con mayor frecuencia que Beatriz Gutiérrez podría suceder en el cargo a su esposo. Quizás eso no suceda, pero lo que resulta evidente es la gran influencia que ejerce Gutiérrez Müller sobre el gobierno su marido. Una prueba de lo anterior fue cuando lo orilló a emprender un diferendo diplomático con España al exigir disculpas por la Conquista de México, y al pedir a HBO que dejara de emitir el espacio cómico-informativo de Chumel Torres por referirse al hijo menor de Andrés y de Beatriz de una manera despectiva y clasista.

Quien no conoce la historia está condenado a repetirla, y el presidente López corre el riesgo de quedarse cada vez más solo en sus afanes totalitarios, así como quedó Vicente Fox. Ambos tuvieron quizás el mayor apoyo social que un mandatario ha tenido. ¿Acaso el afán de transformación de López Obrador quedará en el olvido y como una simple ocurrencia de un expresidentes? El tiempo tiene la respuesta.