Entre apagones

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Entre apagones

El Gobierno Federal afronta en estos días una crisis derivada de los apagones que se han vivido en muchas partes del país, que han afectado la vida cotidiana de miles de personas, provocando pérdidas millonarias en la industria, obstaculizado la impartición de clases en línea e incluso poniendo en riesgo la atención de enfermos de COVID-19 que requieren dispositivos de respiración asistida.

Se trata de un problema complejo, lleno de aristas, que los detractores del gobierno les han querido endilgar por completo y que los aliados buscan minimizar. No toda la responsabilidad es de la administración federal, pero también hay visos de poca efectividad para resolver el problema, cuya solución depende en gran medida de infraestructura instalada y de cadenas de suministros que se han visto alteradas por olas invernales sin precedentes.

Si a lo anterior agregamos las desafortunadas declaraciones de Andrés Manuel López Obrador de hace unos meses, ya que en agosto pasado señalaba que México iba a vender sus reservas de gas a países de Asia, porque habían comprado demasiadas en el pasado y las mismas no se iban a necesitar en los siguientes treinta años, cuando ahora en menos de un años son la calve para solucionar la crisis de energía que vivimos y en diciembre pasado aseguró que no volvería a haber un apagón, contribuyen a que el Gobierno sea señalado como responsable de la crisis, aunque en el fondo las situaciones extraordinarias han tenido mucho que ver.

Pero independientemente de las responsabilidades, lo que como país debemos plantearnos son las estrategias que nos permitan disminuir la posibilidad de que problemas en el suministro de energía paralicen a regiones completas del país en el futuro.

Resulta fundamental que exista la diversificación de fuentes de energía. Ya que hoy estamos sufriendo por la falta de un suministro, que es el gas natural, pero si contamos con más fuentes, la falta de dicho suministro puede ser suplida con las otras opciones, ya que el gran problema de México es que el 82% de la producción se realiza con hidrocarburos y por ello, al contraerse el suministro de gas, ello afecta a la generación de energía.

En ese contexto, se debe apostar más por las energías renovables, incluso generadas por entes estatales, para que no se acuse a las mismas de ser el negocio de unos cuantos, porque hoy lamentablemente representan solo el 10% de la producción general de energía del país.

Las energías renovables también se habrían visto afectadas por el clima, pero de haber tenido un porcentaje mayor de incidencia, habrían mantenido el suministro estable en la parte centro y sur del país que aún tiene radiación y corrientes no tan frías de aire y ello hubiera ayudado a que los apagones se concentraran en el norte y fuera más sencillo implementar medidas para solucionarlo rápido, porque la sobrecarga del sistema no sería nacional, sino focalizada.

victorsanval@gmail.com

@victorsanval