A poco más de cuatro meses de la reactivación de los mercados sobre ruedas en Saltillo, los ciudadanos se olvidaron de las precauciones recomendadas por las autoridades sanitarias para prevenir contagios.

En un recorrido realizado por VANGUARDIA por el mercado de la colonia Guayulera, se observó que los saltillenses cooperan poco con los “vigilantes de la salud”.

A pesar de que la indicación de los comerciantes y de los trabajadores que supervisan el lugar, es que los saltillenses se coloquen el cubrebocas, la mayoría únicamente cubren la boca y en otro casos lo colocan debajo de la barbilla.

“Hemos insistido en que no pueden ingresar niños y que se deben poner bien el cubrebocas, pero la gente se molesta y ya no te compra si le haces esas observaciones, por eso tenemos que estar desinfectando constantemente las tarimas”, dijo Martha, oferente en el mercadito de la Guayulera.

Solo hay cuatro filtros para revisar a los cientos de asistentes, lo que a decir de los oferentes, torna complejo que los comerciantes hagan cumplir con las medidas de higiene.