Engrosan migrantes del sur, cinturones de miseria de la Región Sureste de Coahuila

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Engrosan migrantes del sur, cinturones de miseria de la Región Sureste de Coahuila

Desigualdad. Mientras el norte de la ciudad experimenta un crecimiento y desarrollo boyantes, el oriente y sur exhiben una desigualdad económica indignante; cientos de familias habitan en chozas hechas de lámina y cartón. OMAR SAUCEDO
Personas de Veracruz, Tabasco y Oaxaca llegan en busca de un mejor porvenir

En el área conurbada de Saltillo, entre 3 mil y 5 mil personas, cantidad fluctuante, habitan en 104 núcleos de miseria que se forman por migrantes de otras entidades del país que llegan a la ciudad en búsqueda de una mejor subsistencia, reveló Antonio Serrano Camarena.

El investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Coahuila, dijo que se encuentra realizando un estudio, ahora detenido por la pandemia, donde ha identificado 94 cinturones de pobreza extrema de 15 “viviendas” o más, y otros 10 en formación, es decir, conformado por menos de 15 familias.

El especialista añadió que dichos conglomerados se hallan en la periferia de Saltillo, Ramos Arizpe y Arteaga, en los que los habitantes viven sin ningún tipo de servicios básico, como electricidad, agua y drenaje sanitario.

Marginación. En la periferia, sobre todo al oriente y sur abundan los cinturones de miseria.

“Lo triste, pero a la vez motivante del caso, es que ésta es gente migrante, en su gran mayoría, te puedo decir de acuerdo con la información que tenemos, un 80 por ciento de esa gente está ahí como un lugar de transición, en lo que encuentra trabajo”, explicó.

“Hemos identificado tres estados que generan estos cinturones: Tabasco, de la región de la Chontalpa, que es de las más pobres del País; de Veracruz y Oaxaca; vienen de otras entidades, sí, pero son principalmente éstos tres”, apuntó.

Serrano Camarena mencionó que la cantidad de personas en estos núcleos varía, pues el objetivo es buscar trabajo, y una vez que lo hallan, se van a buscar alguna vivienda establecida.

Sin embargo, añadió, constantemente sigue llegando más gente, que es animada o traída por sus familiares, amigos o conocidos que ya están aquí.

Frío. El calor humano no llega a estos lugares; con anafres se quitan el frío.

NADA DE SERVICIOS

El investigador universitario recalcó que, obviamente, estas personas construyen sus casas con cartón de desperdicio que desechan las tiendas de conveniencia o súper mercados, y quienes tienen la suerte de conseguir algo de dinero, las hacen con láminas.

“No tienen estufas, usan una fogata (para calentarse y cocinar). Saben leer el terreno, por ejemplo, se instalan donde hay una montañita, un cerrito donde puedan ir al baño y no ser vistos; compran los garrafones de agua”, mencionó.

Serrano Camarena aclaró que este tipo de migración no busca apropiarse del terreno en el que se establece, a diferencia de otro tipo de “invasores”.

“No están para posesionarse de la tierra, ellos están ahí lo necesario para dar un ‘salto’ a un nivel de vida, vamos a decirlo así, tradicional”, recalcó.

Se ubican en terrenos privados sin uso, terrenos de reservas estatales, federales y municipales.