Nochixtlán, Oaxaca.- Encapuchados armados con palos y machetes dan la bienvenida a Nochixtlán, la puerta a la Mixteca, como anuncia el señalamiento de ingreso a ese municipio de Oaxaca.

En ese punto carretero han instalado un retén para revisar todos los vehículos que ingresan a su comunidad, donde el domingo pasado se enfrentaron fuerzas federales y estatales con supuestos maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y pobladores.

Enseguida, la primera imagen de Nochixtlán es de un par de estructuras de tráileres que fueron incendiados ese día y que todavía permanecen en medio del camino. A un costado de ese punto está el panteón municipal, donde ayer los pobladores enterraron a su tercer muerto, resultado de la refriega.

Atrás del cementerio, a unos 300 metros, está una vulcanizadora —famosa por una fotografía— y frente a ésta los manifestantes, quienes a pesar del intento de desalojo volvieron a instalar los últimos dos días el bloqueo que ya originó la muerte de ocho personas.

Desde el domingo, en un área de menos de un kilómetro pasa todo en Nochixtlán: entierran a sus muertos, siguen las protestas con bloqueos carreteros y en una esquina están listos cientos de envases para ser utilizados como bombas molotov: "Estamos preparados", presume un embozado.

En una pequeña carpa, que los maestros disidentes han acondicionado como campamento a un costado de la iglesia principal en el zócalo de Nochixtlán, hay más de esos envases a los que se les agrega gasolina y un trapo que funciona como mecha para convertirlos en explosivos.

En esa iglesia ayer se ofició la misa de cuerpo presente de Juan Cadena Sánchez, de 19 años. Al término cargaron unos metros el féretro, al que le pusieron la bandera de México, y lo colocaron en la plaza principal. Cuatro jóvenes lo escoltaron y decenas aplaudieron, enseguida el mitin.

"La vida de Jesús Cadena Sánchez no será una vida ofrendada sin dejar en nosotros esa huella y esa semilla que, como los 43 normalistas de Ayotzinapa, ha marcado el rumbo de la lucha social en México", exclamó una mujer.

"Diez de nuestros compañeros hoy cayeron, y hoy tratan de calmar las aguas con un simple diálogo, ¡no! Queremos decirle al gobierno que queremos una solución, que no queremos un diálogo", continuó un integrante del movimiento magisterial.

Así, por segundo día consecutivo, los pobladores homenajearon a sus muertos, y es que luego del enfrentamiento del domingo pasado que hasta el momento ha dejado un saldo oficial de ocho muertos, en Nochixtlán huele a miedo, enojo y sepelios.

Visitadores de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) también acudieron ayer a ese municipio de la región mixteca de Oaxaca para iniciar las investigaciones por estos hechos e interceder en otros: tres elementos de la Policía Federal que permanecían retenidos desde el domingo fueron liberados por la mediación de los propios servidores públicos.

"Estamos recabando evidencias, estamos recabando testimonios, estamos buscando tener los elementos para llegar a la verdad de lo que ocurrió aquí (...) hay señalamientos de qué fue lo que ocurrió, a qué hora se presentaron los hechos, todo eso lo estamos documentando", explicó Enrico Guadarrama, segundo visitador de la CNDH.

Pero ésta no fue la única visita que recibieron los maestros de la sección 22: una comisión de un grupo de 32 autoridades municipales de la región mixteca les entregó una carta; en ella piden a los maestros modificar sus "métodos de lucha", pues aseguran que los bloqueos instalados por el movimiento magisterial han afectado a estas comunidades indígenas.

"Sabemos que hay un hartazgo de esos métodos, por eso hemos llegado aquí con ellos. No estamos contra los profesores, sino de las formas que se han usado.

"Estos métodos no ayudan al crecimiento y al desarrollo de todos los pueblos y del estado, de por sí con una economía tan difícil", expuso Luz Irene Montes, presidenta municipal Santo Domingo Yanhuitlán.

Este es Nochixtlán, ciudad de calidad y calidez humana, según lo anuncia el lema en el señalamiento de ingreso.