‘En tiempo de dolor no podemos quedarnos como personas terrenas, hay que aspirar a Dios’: Obispo de Saltillo

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‘En tiempo de dolor no podemos quedarnos como personas terrenas, hay que aspirar a Dios’: Obispo de Saltillo

Foto: Francisco Muñiz
“Su entrega es expiación es redención… Él ha cargado nuestros crímenes y pecados, no por masoquismo sino por amor”, explicó el obispo Hilario González

Saltillo.- El obispo de la Diócesis de Saltillo, Hilario González García, invitó a los creyentes a ser hombres y mujeres a confiar en el amor del Dios católico y a aspirar a lo más profundo de la vida y el amor que proviene de Él, durante la misa de Viernes Santo en la parroquia San Pablo Apóstol.

“En un tiempo de dolor y un lugar de crueldad no podemos quedarnos como personas terrenas, hay que ver más allá, hay que aspirar a la vocación de ser hijas e hijos de Dios”, dijo en su homilía ante fieles saltillenses.

Señaló que este Viernes Santo se conmemora la Pasión de Cristo, así como la crucifixión de Jesucristo, quien para los creyentes de la Iglesia católica murió para salvar a la humanidad de los pecados.

“Su entrega es expiación es redención… Él ha cargado nuestros crímenes y pecados, no por masoquismo sino por amor”, explicó el obispo Hilario González.

Por ese sacrificio, las personas están llamadas a algo superior y a confiar en el amor de un Dios cristiano que no defrauda y que es leal.

“Ya casi nadie pone su destino en manos de otro, casi nadie confía hasta dar su vida. Hoy Jesús nos dice que sí se puede, sí se puede confiar, sí se puede poner el destino en quien te ama incondicionalmente”, exhortó monseñor González García.

Durante la misa se rindió adoración a la cruz: la imagen de un Cristo crucificado, cubierto con una tela, fue llevada al altar, para cerrar la celebración litúrgica de la Muerte del Señor

Asimismo, se entregó un crucifijo a los asistentes y se invitó a los espectadores que sostuvieran una cruz en sus manos para venerar al Cristo crucificado, para simbolizar que los creyentes acompañan a Jesús en su sufrimiento.

La celebración de la Eucaristía se realizó con medidas sanitarias para evitar la propagación de Covid-19, como aforo reducido, sana distancia entre los asistentes, así como un filtro de salud en la entrada y el uso obligatorio de cubrebocas.