En su 442 aniversario, te presentamos la colonia Topo Chico, cuna del Saltillo moderno

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En su 442 aniversario, te presentamos la colonia Topo Chico, cuna del Saltillo moderno

Religión.Templo del Espíritu Santo, donde la oración une a los vecinos/ FOTO: Marco Medina
Colonias como “La Topo” fueron fundamentales para que se crearan los nuevos sectores en la ciudad. Es probable que la mayoría de los habitantes nacidos en Saltillo tengan un familiar proveniente de este tipo de barrios bravos que en su mayoría tienen más de un siglo de ser habitados

Un “1908” escrito con pequeñas letras de acero encima de la puerta registra el año de su construcción. La fachada de adobe maltratado casi cae encima de la cuneta de la privada Buenos Aires de la colonia Topo Chico. “Es la casa de los familiares de Agustín Jaime”, dicen los vecinos.

Cuando mataron a Agustín Jaime en la calle de Matamoros en 1933 en una cantina cercana a esa casa que se encuentra a escasos 150 metros, le compusieron un corrido que pasó de boca en boca hasta llegar a los oídos de El Piporro.

De acuerdo con el investigador de la UANL, Hugo Rafael Pimentel García, Agustín Jaime vivió en la esquina de la calle Abasolo y Coss. Esto coincide con un trabajo de investigación realizado por los arquitectos Andrés Garza Elguézabal y Alberto Dávila Domínguez en el que señalan que el nombre del barrio se debe a una tienda ubicada en Abasolo casi esquina con Coss nombrada “El Topo Chico”.

Era común que en aquellos años los espacios se convirtieran en referencia para la ubicación. Lo mismo pasó con el barrio “Águila de Oro, en donde el nombre de la tienda “El Águila de Oro” fue después el nombre de la colonia.

Otra de las referencias, difíciles de encontrar, sobre el nombre de la colonia es que se le debe a don José Hernández, quien platicaba que se lo puso copiando al barrio que existe en Monterrey. El hombre era dueño de una panadería muy famosa.

Sea una o la otra, me imagino a Agustín Jaime yendo a comprar unos cigarros o unos botes de cheve a la tienda, o una concha para acompañar su café de olla, al “Topo Chico”, obviamente sin saber que un siglo después, Agustín protagonizaría un corrido hiperpopular y el nombre de la tienda sería el  de la actual colonia.

En la esquina del actual Abasolo y Coss ahora es una refaccionaria atendida por dos mujeres de alrededor de 40 años de edad quienes al momento de preguntarles confirmaron emocionadas que ahí vivió aquel que bajaba a caballo y que la cantina en donde lo mataron estaba en la calle de Múzquiz esquina con Matamoros a casi mil metros de distancia de esta casa y a un kilómetro y medio de aquella fachada de la privada Buenos Aires, donde supuestamente vivían sus familiares.

“Era una casona estilo español con un pasillo largo y que terminaba en un corral grande rodeado por otras habitaciones”, dijo una de las mujeres.

LA TENDERÍA 

Frente aquella fachada parecida a las que hay en el Centro Histórico, dos hombres cumplían la rutina de la mañana. La puerta abierta de su casa deja ver un pedazo de la intimidad familiar. Uno de ellos está en las tareas de construcción: enyesa la pared de la cocina. El otro, sentado en un sillón viejo cubierto con una sábana blanca, se nota recuperándose del sueño.

Rondan los 80 años. Ellos, junto con sus 12 hermanos, nacieron y crecieron en ese lugar. Su papá les heredó el oficio de trabajar el cuero de los animales para venderlos en León, Guanajuato en donde será convertido en huaraches o cualquier tipo de prenda u herramienta para montura. A ese tipo de negocio se le llamaba tendería.

Familias. Privada Buenos Aires, de las más populares del sector. / FOTO: Marco Medina
Ubicación. El barrio Topo Chico se ubica al nororiente de la ciudad. /FOTO: Marco Medina
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Fama. Fachada de la casa de los familiares de Agustín Jaime.
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Reliquia.En algunas calles parece haberse detenido el tiempo.

Barrios bravos del Saltillo antiguo

❚ Barrio del Águila de Oro (entre las calles Abasolo, Guerrero y De la Fuente).

❚ Barrio del Andrajo (Dionisio García y Arteaga).

❚ Barrio Altamira (parte sur del Centro Histórico, cerca del Águila del Oro).

❚ Barrio El Barrial (Presidente Cárdenas hasta el Barrio de Santa Anita).

❚ Barrio del Calvario (Francisco Coss, Álvarez, Secundino Siller y Xicoténcatl).    

❚ Barrio de La Concepción (Desconocido). 

❚ Barrio de La Candelaria (Desconocido).

❚ Barrio del Cerro del Pueblo (actual colonia Cerro del Pueblo).

❚ Barrio de Las Ladrilleras (suroeste de Saltillo).

❚ Barrio de La Landín (actual colonia Landín).

❚ Barrio El Once (Escobedo, Morelos, Mina y Fortín de Carlota).

❚ Barrio La Goleta (Abasolo, Corona, Pedro Agüero, y La Llave).

❚ Barrio Guayulera  (Actual colonia Guayulera).

❚ Barrio del Ojo del Agua (Actual).

❚ Barrio de los Panteones (Actual).

❚ Barrio de Pedrara (entre los panteones Santiago y San Esteban).

❚ Barrio de Santa Anita (actual colonia Santa Anita).

❚ Barrio del Santuario de Guadalupe (Murguía y Pérez Treviño).

❚ Barrio de Tacubaya (probablemente hacia el poniente del Centro Histórico).

❚ Barrio de la Topo Chico.

Reliquia. Don Francisco ofrece en venta su Chevrolet 53.
‘Añejas’. Las cantinas poco han “evolucionado”.
Coss y Arteaga. Por aquí cruzaban las vías del ferrocarril.
Vandalismo. El graffiti también tiene su rinconcito en el populoso barrio.

 Las Huilota, el barrio de Agustín Jaime

 

Las sustancias para trabajar la piel, actividad  a la que se dedicaba una de las familias del antiguo barrio de la Topo Chico, fueron derramadas dentro de una de las lagunas cercanas a estos terrenos, según el investigador Andrés Garza Elguézabal.

Dichas sustancias siguen sin ser absorbidas por completo, lo que genera que el salitre se encuentre en la mayoría de los muros de esta zona dañando las construcciones y obligando a que se tengan que enyesar constantemente.

Durante una tarde infantil, un par de hermanos subió a un torreón que se encontraba en el terreno de la ahora parroquia del Espíritu Santo. Al llegar a lo más alto se toparon con la cantidad abrumadora de llanura que rodeaba el lugar: metros y metros de tierra, arroyos y matorrales terminaban en el horizonte.

El torreón era una especie de fuerte que levantaron los revolucionarios. Ahí guardaban el dinero u objetos confiscados a los cuatreros y ladrones. Al menos, eso les contaba su padre. 

Calles más adelante, don Francisco Hernández Solís, de 83 años tiene un Chevrolet 53 oxidado. Salió a ofrecerlo en venta después de percatarse que se le estaba fotografiando. Su memoria y su oído ya fallan. Tiene 83 años de edad y más de 50 viviendo en el lugar.

“Es de 6 cilindros. Cuando pita tienes que retirarte porque pita con madre. Si le pitas haz de cuenta que estás oyendo un toro bramando. No está muy mal que digamos. Dime cuánto me das por él”, preguntó el hombre.

 “Nosotros tenemos más de 50 años aquí y ya era la Topo Chico. Aquí la gente no quería vivir porque aquí eran pleitistas hasta la madre. Se fueron muriendo los “broncudos” y ya quedó pura gente pacífica, como yo. Se fue calmando la cosa y fue quedando pura gente trabajadora”, dice.

Don Jorge, de la calle Rayón, se mudó a “Las Huilota de Arriba”. Así se llamaba La Topo: Las Huilota de Abajo (después de Valdés Sánchez, ahora la colonia El Olmo).

La mayoría de los habitantes señalan la existencia de una vía que circulaba por el que ahora es el bulevar Francisco Coss. Don Óscar, de 86 años, quien vive en la calle La Llave y Coss, cuenta que justo en esta calle el tren estacionaba los vagones que no estaban en uso; esto propiciaba que por las noches se juntaran varios hombres a delinquir, pelear y fumar mota.

Hasta estas fechas el barrio de la Topo vio nacer a la pandilla “Los Pika Pika”, los cuales, según los vecinos, siguen juntándose cerca.

 

GUSTÍN SE COLUMPIABA

El Barrio de “La Huilota”, palabra náhuatl que significa paloma,  estaba junto a los barrios “El Andrajo”, “El Barrial”, “El Calvario” y “La Goleta”.      

La mayoría de las construcciones eran haciendas de adobe habitadas por personas de clase media o baja tanto así que el barrio “El Andrajo” llevaba ese nombre por la cantidad de “andrajosos” que vivían ahí; manera despectiva de referirse a las zonas pobres, de acuerdo con el historiador Carlos Recio, quien dedujo que por la cantidad de agua que había en la zona se propició la reproducción de esta ave (huilota).

“La Topo estaba bastante fuera de la ciudad. Durante 300 años Saltillo no abarcaba más allá de la calle Pérez Treviño hacia el norte. Era un lugar de huertas, gallinas, cabras, cerdos. Por ahí pasa el arroyo de La Tórtola y  había actividad agrícola y ganadera. La tenería dejó el lugar sin posibilidades poco a poco de sembrar

El Andrajo estaba en la calle Dionisio García y Arteaga, entre Presidente Cárdenas y Coss. Por esa parte de la ciudad, entre las calles Terán y Comandante Leza se encontraba la primera zona de tolerancia que permaneció ahí hasta el año 1950 cuando fue trasladada a la colonia González y casi 30 años después hacia la colonia Guerrero, en donde se encuentra en la actualidad.  

De acuerdo con Rodolfo López Ortiz, uno de los primeros habitantes del barrio y que escribió un pequeño libro sobre la historia de este lugar, los hombres tomaban valor en las cantinas como en la que murió Agustín Jaime, cercanas a la zona de tolerancia, para después beber un rato en el “Columpio del Amor”, uno de los cabarets con más cantidad de visitantes que amanecían hasta la seis de la mañana. 

“Actualmente se encuentra la cantina Río Escondido. Ésta tiene desde aquellos años. La zona estaba integrada al primer cuadro de la ciudad. Ese ya no era barrio, era la zona”, dice López Ortiz. 

“Era una zona de tolerancia muy bien formada para su tiempo. Había varios cabarets de primera; gente de dinero que se paseaba y se divertía. Unos ocho cabarets buenos. De buenos a menos; había bares y cabarets y las prostitutas. Bebíamos la Carta Blanca y de vinos el famoso Madero Cinco Qquis (Madero 5X) y el Bacardí. El Madero 5X ya no se vende en el país.

Rodolfo se negaba dar nombres sobre los hombres adinerados que visitaban la zona en busca de mujeres. Hasta que accedió con la condición de que no fueran publicados. Entre estos nombres, sonaban empresarios que mucho tiempo sostuvieron la economía de la ciudad.

“Había un cabaret que se llamaba El Montecarlo y fuera de esta zona también existían las casas de citas en el barrio Tacubaya y otro por el callejón de Miraflores, y el cabaret El Egipcio.

Los precios de la cerveza era de 30 centavos, y una copa de Madero 5X costaba alrededor de un peso, más la acompañante, todo era más caro. La mayoría de las mujeres eran de Saltillo y en “El Egipcio” y en “El Miraflores” probablemente trabajaban mujeres extranjeras, de acuerdo con el testimonio.   

Jonás Yeverino fue uno de los personajes que, enamorado de la dueña de unos de estos cabarets, compuso el bolero “Inspiración”. A Jonás la mujer no le hacía caso por ser un músico bohemio que trabajaba en los bares y sobreviviendo de lo que las gente le daba. Ella estaba enamorada de uno de los pilotos del Escuadrón 501. 

Sobre lo anterior, hay quienes señalan que esta canción realmente fue compuesta por el hermano Jesús Yeverino, los dos nacidos en General Cepeda.     

APELLIDOS

En los mapas de 1902 del Satillo, el área de la Topo Chico se ofrecía en venta. Para 1934, en uno de los mapas que utilizó Vito Alessio Robles para sus investigaciones, ya se muestran varios trazos de haciendas.

Fue en ese lapso entre 1902 y 1934 en donde los primeros pobladores comenzaron a llegar a “La Huilota”.

Entre los apellidos que llegaron primero a esta zona, de acurdo con el libro de Rodolfo López, se encuentran los López, Ortiz, Pepi, Valdez, Ángeles, García, Briones, Castillo, Gaona, García, Cabello, Gonzalez, Luna, Oyervides, Turrubiates, Berlanga, Robledo, Velásquez,  Martínez, Alvarado, Márquez, Ramírez, Gutiérrez y Covarrubias  

Fue a mitad del siglo pasado cuando la empresa John Deere, antes International Harvester, llegó a la ciudad y se instaló en la zona propiciando que la cantidad de vecinos se multiplicara hasta a llegar a los que hoy es la Topo.

Una tienda puso el nombre

En los mapas de 1902 del Satillo, el área de la Topo Chico se mostraba en venta. Para 1934, en uno de los mapas que utilizó Vito Alessio Robles para sus investigaciones, ya se muestran varios trazos de haciendas.

Era común que los primeros habitantes se dedicaran a trabajar la piel. Las sustancias utilizadas para este proceso fueron vaciadas en una laguna cercana al barrio, lo que genera que en la actualidad las paredes se llenen de salitre.

Antes de la Parroquia del Espíritu Santo se encontraba un torreón utilizado por los revolucionarios para vigilar.  Era una especie de fuerte que se edificó para que se guardaran lo confiscado a los ladrones.

La vía del tren pasaba por el actual bulevar Francisco Coss. Los vagones se estacionaban en la calle de la Llave. 

El nombre del barrio se debe al de una tienda ubicada en Abasolo casi esquina con Coss nombrada “El Topo Chico”.