Ciudadanos inconformes por la destrucción de la Plaza México, entregaron documentos en donde intentan demostrar por qué la remodelación del lugar atenta contra la historia de Saltillo.

El documento revela los puntos con los cuales los ciudadanos argumentan el valor histórico del lugar y va dirigido al delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia en Coahuila.

Se emite después de que Francisco Aguilar Moreno dijera que no hay motivos para objetar la remodelación del Centro Cultural Mirador.

Entre los puntos se encuentra la relevancia histórica, ya que la loma en el que se ubica el Mirador existían aduares (agrupaciones de cosas) de etnias nómadas genéricamente denominados Chichimecas, específicamente de los grupos “Rayados” y “Borrados”.

Otro punto es la relevancia del lugar para la fundación de la ciudad y el nombre de Saltillo, pues forma parte del paisaje del “Ojo de Agua”, manantial que influyó para que la ciudad lleve el nombre que ahora lleva.

Además, se señala que la loma se utilizó como punto de observación privilegiado del Valle de Saltillo por viajeros del siglo 17 y 19, además de ser el fuerte militar en 1847 del Ejército estadounidense durante la guerra de 1846 y 1848. 

Asimismo, se apuntó la importancia de la intervención francesa, además de la Revolución; también reafirmaron su punto de vista en donde indican que construir una elevación artificial en una natural es redundante. 

El documento está firmado por el doctor historiador Carlos Recio, quien es investigador de la Escuela de Historia de la UAdeC e integrante del Grupo de Amigos de la Cultura de Saltillo en defensa del Mirador.

Además, mencionó que sostendrá mañana una reunión con el Instituto Municipal de Planeación para dialogar sobre los detalles de esta construcción.

La remodelaciones anunciadas por el Gobierno Estatal y Municipal, confirmaron las contrucción de una torre de 20 metros además de modificaciones a toda la zona de la actual Plaza México.

¿Lo sabía?

El 14 de noviembre de 1846 llegaron a Saltillo las tropas comandadas por el general Woole, reuniéndose con las tropas del general Zacarías Taylor, comandante del Ejército de Ocupación de los Estados Unidos.

Ante la amenaza de un posible ataque por parte del Ejército Mexicano, se procedió a fortificar algunos puntos de la ciudad.

La loma del Ojo de Agua fue el lugar elegido.

Información: Ing. Marco Antonio Gonzalez Galindo.