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En México se triplicó demanda de trasplantes renales en los últimos 8 años
MÉXICO, D.F.- El riñón es el órgano más demandado para un trasplante en México. El número de pacientes que esperan trasplantes renales, además, se multiplica cada año: en diciembre de 2007 eran 4 mil 584 y en el mismo mes de 2015 la cifra llegó a 12 mil 95, casi 3 veces más en 8 años.
Las autoridades de Salud descartan que haya aumentado el número de enfermos, lo que ha crecido, dicen, es la cantidad de ellos que se anotan para recibir un trasplante. Sin embargo, otros especialistas señalan que quienes componen este índice positivo son los donadores vivos, pues si se considera sólo a los fallecidos, el número de operaciones se reduce dramáticamente.
“No hay una epidemia de enfermedades renales”, asegura el doctor Andrés Bazán, jefe de Trasplantes del Hospital Juárez, donde se practica la mayoría de los trasplantes de riñón en la capital mexicana.
El funcionario asegura que hay más pacientes en espera porque hay más personas que acuden por sí solas a solicitar un trasplante, cuando antes sólo llegaban referidos de otros hospitales. Pero el doctor Héctor Noyola tiene otra explicación.
“Antes sólo se ponía en la lista de espera a los pacientes que estaban esperando un riñón de donador con muerte encefálica, y actualmente se pone también a los que lo recibirán de un donador vivo”, explica el doctor.
El médico coincide en que el incremento se debe también a que los receptores cuentan con más información, pero enfatiza que los donadores vivos son los que hacen la diferencia en este tipo de trasplante.
Según cifras del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), el 77% de los renales que se practican en el País provienen de un donador vivo, lo que, según el doctor Mario Vilatobá, habla de la buena voluntad de quienes donan un órgano en vida, pero también deja subutilizados los órganos de las personas fallecidas, de acuerdo con lo publicado por El País.
El jefe de Trasplantes del Instituto Nacional de Nutrición señala que los estándares internacionales de donación y trasplante establecen que debe haber un equilibrio entre los donantes vivos y los fallecidos, y que si los vivos los superan, deja de ser un esquema saludable porque se desaprovechan los órganos de quienes ya murieron, mientras los donantes vivos padecen ciertas limitaciones en su vida cotidiana por vivir sólo con un riñón.
Los especialistas señalan que México es el segundo país de América (después de Brasil) que realiza más trasplantes al año, pese a que la tasa de donación general en el país es de apenas 3.5 por cada millón de habitantes. Si sólo se consideraran las donaciones de fallecidos, no sería el segundo lugar sino el octavo o noveno.
Al margen de las explicaciones cuantitativas, la demanda de riñones para trasplantes supera por mucho la demanda de otros órganos, lo que –aunque no aumente el número de enfermos- habla de un problema de salud pública, advierte Noyola.
El panorama para quienes esperan un trasplante renal mejora cada vez pero sigue siendo totalmente insuficiente: en 2015 se rompió el récord histórico de trasplantes de riñón en el País (2 mil 770), pero la demanda es mucho mayor que la oferta (actualmente hay 12 mil 431 receptores en lista de espera, según las estadísticas del Cenatra). Además, de ese número histórico, la mayoría (mil 960) fueron de donante vivo y 810 de donante fallecido.