Ciudad de México. Sin la existencia de una política pública de acceso social al suelo, en México casi 60 por ciento de las viviendas habitadas han sido producidas o autoconstruidas por los propios habitantes, señaló Enrique Ortiz Flores, de la organización Producción Social del Hábitat (PSH).

En conferencia de prensa en la que se anunció, junto con otras organizaciones, la entrega del premio PSH-América Latina a cinco proyectos exitosos de la región, se reclamó que esta alternativa de construcción no recibe apoyo técnico ni financiero, pues hoy el acceso al suelo está prácticamente controlado por el mercado y las grandes corporaciones inmobiliarias.

El experto en gestión del hábitat consideró que cada vez más la vivienda en México es considerada como una mercancía, “por eso las grandes constructoras no se interesan por estos proyectos alternativos”.

Dijo que para tener acceso al suelo en las ciudades es indispensable una política pública con una visión social, que represente oportunidades a los sectores populares. Destacó que las grandes ciudades crecen sin control, con fraccionamiento cada vez más alejados de los centros de trabajo. Hoy en día sólo se piensa en cómo obtener más rendimiento al uso del suelo, a la ubicación y producción de vivienda.

Por ello, señaló es importante defender esta forma de producción en la que el dinero no es lo más importante, sino el cuidado del medio ambiente.

En este sentido, subrayó que este premio, el cual será entregado en la Ciudad de México el próximo 19 de junio, tiene el objetivo de visibilizar y reconocer proyectos que proponen soluciones integrales al problema de la vivienda, pero que además realizan una gestión inteligente y sustentable del suelo, tienen impacto sobre economías sociales y políticas públicas.

Dijo que la importancia del Premio de Producción Social Hábitat América Latina consiste en visibilizar lo que generalmente es invisible, y el reconocimiento será entregado a experiencias de pobladores organizados de Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay y México. Este último al programa de reconstrucción del hábitat en la Montaña de Guerrero puesto en práctica tras los huracanes de 2013.