CIUDAD DE MÉXICO.- Octubre de 1996, Honolulu, Hawaii. En 12 segundos, el brasileño Vitor Belfort no sólo destrozó al estadounidense Jon Hess al noquearlo después de un tornado de golpes que lo envió a la lona. Ese día, el sudamericano comenzó un legado en las artes marciales mixtas que hoy lo tiene como referente.

Mientras Belfort ya se ganaba la vida a golpes, en Arizona, el pequeño Kelvin Gastelum jugaba, sin pensar que casi 21 años después se enfrentaría a una de las leyendas de los deportes de contacto.

Gastelum, peleador de sangre mexicana, se medirá a el “Fenómeno” el próximo 11 de marzo en Fortaleza, como parte de la cartelera de UFC 206.

A pesar de tener respeto por él, Kelvin entiende que un triunfo es su catapulta para buscar el título en las 185 libras (peso medio)

“Es una oportunidad que me puede impulsar a una etapa más alta de mi carrera. Belfort tiene más de 20 años peleando, eso es algo respetable. Una carrera bastante larga, ha visto muchas cosas, ha experimentado de todo, pero creo que si lo lastimo mucho podría retirarse”, expuso Kelvin Gastelum, ganador de The Ultimate Fighter 17.

El originario de California señaló que después del triunfo el 11 de marzo, el único combate que aceptaría es por el cinturón medio o con el contendiente número uno.

“Esta es una pelea en la que los detalles serán los que marquen la diferencia por la experiencia que tiene Belfort en este deporte. Después de mi victoria lo único que espero de la UFC es que me programe por el campeonato o por lo menos enfrente al retador que esté primero en la clasificación”.

Los problemas de peso que tuvo cuando militaba en la categoría welter están olvidados para Gastelum, pues en la división de los medianos ya no es necesario que se someta a dietas para cortar.

“Mi peso anda muy bien. Ya es un tema que dejó de preocuparme, pues no necesito cortar para el pesaje. Creo que eso beneficia mi carrera, porque me deja prepararme mejor sin tener tantas coas en que pensar”, finalizó Gastelum.