En favor de la lectura
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En favor de la lectura
Hace cuatro o cinco años, un amigo que vino a México en representación de una empresa francesa para participar en una reunión internacional de empresarios, me decía que no entendía por qué los mexicanos que intervenían, en su mayoría, leían sus ponencias, mientras en general los provenientes de otros países hablaban e intentaban convencer con datos puntuales, explicaban procesos e incluso desarrollaban propuestas, sin leer. Polemizaban con otros oradores, es decir, improvisando en torno a lo que habían escuchado, apoyándose en algunas ideas y experiencias a la vez que desarrollaban las propias.
Recordé, en días pasados, aquella vieja discusión en que llegábamos a la conclusión de que aquellas disparidades tenían que ver con los sistemas educativos y de manera central con la lectura y la expresión oral y escrita. Todo aquello me lo recordó el impulso que ha dado a la oratoria Francisco Ealy Ortiz, a través del periódico El Universal, mediante la organización de concursos de oratoria, de intercambios internacionales, desde hace años, y de eventos recientes. El impulso a la oratoria es el impulso a la comprensión, al orden de las ideas, a la expresión oral, al pensamiento estructurado.
Los sistemas educativos que tienen como uno de sus pilares la lectura fortalecen grandemente la comprensión, la expresión oral y la escrita, desarrollan la creatividad y promueven el debate. Si comparamos el sistema educativo francés con el mexicano, encontramos una enorme brecha entre uno y el otro precisamente en la lectura. Desde los primeros años, el liceo francés inicia a los pequeños en la lectura, hay preguntas sobre lo que entendieron, deben resumir lo leído, cuidar la gramática en la expresión correcta, explicar oralmente lo que leyeron, escribir un resumen (que es la forma primaria de organizar ideas) que inicia con algunas frases y se desarrolla en su complejidad. Puede afirmarse que la lectura es un pilar del sistema educativo, como lo son las matemáticas. Y justo es reconocer que aún nuestro sistema educativo tiene un muy largo camino por recorrer.
Adicionalmente, la lectura promueve la imaginación, amplia horizontes, plantea interrogantes, estimula la comprensión, ayuda a la expresión oral y escrita, refuerza identidades, alienta la creación, alienta la curiosidad, fortalece las relaciones a través del diálogo, fortalece el manejo de la lengua.
Es verdaderamente triste reconocer que estadísticas de la Unesco muestran que la mayoría de los jóvenes en América Latina que llegan a la Secundaria carecen de competencias básicas de comprensión lectora. México debe avanzar. Revivir, impulsar la oratoria, sin duda es un importante punto de apoyo. Los desafíos son enormes porque hay que remontar los atrasos.
No está plenamente comprobado, pero sí es una tendencia: la lectura se estanca o desciende en algunos países, aunque en otros se mantiene elevada. Pero si se compara el tiempo creciente que se dedica al Internet y actividades en computadoras, en general retrocede el tiempo dedicado a la lectura, lo que no significa que esté en proceso de extinción. La media mundial es de 6.5 horas de lectura por semana. En México se lee 5.5 horas por semana, en Estados Unidos 5.7, mientras en Francia 6.9 en Rusia 7.1. Los países en los que más se lee son: India, Tailandia y China alcanzan entre 9 y 11 horas de lectura por semana, lo que se traduce en elevados niveles de aprendizaje, de creatividad e innovación. Otros estudios señalan que en México en promedio sólo 4 de cada 10 personas leen.
Mientras, la media global de horas dedicadas a Internet es de 8.9. Francia y EU se encuentran casi en la media global con 8.8 horas. Alemania 6.4 y China 10.8. Pero en la educación se da una gran importancia a la lectura, las madres chinas exigen mucho a sus hijos.
La lectura tiene una enorme influencia en el desarrollo cognoscitivo, en la capacidad intelectual y en la potencialidad de desarrollo creativo, en la expresión oral y escrita. Los países asiáticos avanzan. Será por eso que en los exámenes de admisión a postgrados en algunas de las más prestigiadas universidades en Estados Unidos las pruebas que deben pasar los estudiantes provenientes de Asia tienen un nivel más elevado que el general en pruebas académicas y certificación de competencias para el ingreso. Se reconoce competitivamente su importante desarrollo.