En esta cena navideña, especialista recuerda cuidar la cantidad y las raciones

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En esta cena navideña, especialista recuerda cuidar la cantidad y las raciones

Raciones. No sólo los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas, sino las personas sanas, deben medirse estos días. / Archivo
El nutriólogo del IMSS y Tania Batallar Gómez, especialista en medicina familiar y diabetes, señalan la importancia de comer con moderación y sin perder de vista la cantidad y las raciones.

Los pacientes con enfermedades crónico-degenerativas que durante todo el año cuidaron su dieta, que llevaron su tratamiento farmacológico al pie de la letra y que se mantuvieron bajo estricta vigilancia médica, podrán consumir con moderación la cena de Navidad, siempre y cuando al día siguiente vuelvan a su dieta normal, recomendó el nutriólogo Alan Herrera.

El nutriólogo del IMSS y Tania Batallar Gómez, especialista en medicina familiar y diabetes, señalan la importancia de comer con moderación y sin perder de vista la cantidad y las raciones.

A decir de Herrera, es esencial ingerir primero las ensaladas, e indica que aún en las personas aparentemente sanas deben cuidar su alimentación.

En el caso de los tamales, la recomendación es que no sean más de tres y en todo caso consumirlos sin la tradicional salsa que se prepara con elote, rajas y crema, y que es alta en grasa e hidratos de carbono, evitar el atole “champurrado” y como última alternativa prepararlo con leche baja en grasa.

El tradicional “recalentado” se convierte en fuente de enfermedades ante el exceso de grasas y azúcares.

Extender por días el consumo de platillos que muchas veces son ricos en grasa, puede ser nocivo para la salud, una buena medida para evitar caer en estas tentaciones es preparar estrictamente lo que se consumirá en la cena de Navidad, en porciones adecuadas y conforme al número de personas.

El especialista en nutrición del Instituto Mexicano del Seguro Social en Coahuila, explica que las mujeres del estado se caracterizan por ser generosas en la preparación de los alimentos, máxime cuando se trata de celebraciones decembrinas.

“Lo anterior no está mal, el problema es que representa el riesgo de extender ingesta de comida (el llamado recalentado), que muchas veces es rica en grasa animal, azúcar e hidratos de carbono…”.