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En el panteón de Ramos Arizpe, los 'malos' descuartizaban a sus víctimas
El panteón “San Ignacio”, en Ramos Arizpe, fue usado por la delincuencia organizada para realizar ejecuciones, sepultar cuerpos o tirar cadáveres en sus límites.
Personas avecindadas en aquel municipio industrial, aseguran que entre 2011 y 2013, era común ver movimiento de camionetas de lujo que entraban y salían de este cementerio.
Testigos, que por razones obvias pidieron no ser identificados, cuentan que los criminales, aprovechando que el camposanto está distante de la ciudad y en una zona despoblada, utilizaban este lugar para hacer sus males.
“Todo lo que se puedas imaginar, nomás imagínese qué harían ahí…”, dice un trabajador de la municipalidad.
Los entrevistados comentan además que este este hecho es un secreto a voces entre los habitantes de esta población, pero que en su tiempo nadie se atrevió a denunciar por miedo a represalias.
Incluso mencionan que los delincuentes tenían su guarida debajo de un puente cercano a este panteón, situado al poniente de esta localidad.
Y revelan que por años el paso a este cementerio siempre estuvo libre y sin alguien que vigilara la entrada y salida de vehículos y visitantes.
Moradores de colonias aledañas al sitio narran haber presenciado, a lo lejos, quemas de vehículos a la entrada de “San Ignacio”, sin que las autoridades policiacas se presentaran a tomar conocimiento de los sucesos.
“En ese tiempo era un desorden en Ramos, había levantones, balaceras, homicidios, pero nadie decía nada. Tú te preguntabas, ¿estamos en Ramos?”, relata una lugareña.
Los vecinos recuerdan también que en aquella época barrios como “El Pozo” y una parte de la colonia Analco, estuvieron copadas por los maleantes que establecieron allí sus puntos de venta de droga y bodegas donde ocultaban objetos, producto de sus robos.
“Había halcones y hasta pajaritos (niños informantes), que vigilaban estos sectores donde la gente no podía entrar después de las 06:00 de la tarde”, platica un oriundo de Ramos.
PARA RECORDAR
El 19 de junio de 2019, VANGUARDIA publicó en la sección “Saltillo de a pie”, las declaraciones de habitantes de Allende, Coahuila, que aseguraron cómo el panteón de aquel municipio, donde en marzo de 2011 se suscitó una masacre perpetrada por los Zetas, era usado por los grupos criminales para realizar inhumaciones ilegales de cadáveres.
3 años vivieron con temor los vecinos del panteón San Ignacio.
Clandestinidad. Fosa común del cementerio San Ignacio, de Ramos Arizpe, lugar que fue utilizado por la delincuencia organizada para cometer sus fechorías.