En el mes del padre

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En el mes del padre

“En este Día del Padre los saltillenses consideran que a pesar de que se ha fortalecido la figura paterna en el entorno familiar en los últimos 10 años, no se les ha otorgado el reconocimiento suficiente a su rol en la estructura de la sociedad.”

Aceptar que el padre se ha fortalecido, implica que hasta cierto punto está débil. La sociedad y las políticas envían a los padres un mensaje: no eres necesario, bueno sí, pero solo para traer dinero o comida.

Un 30% sí opinó que el rol es dar un ejemplo moral a los hijos.

Las caricaturas pintan al papá como al “indejo” de la familia. Basta con ver un episodio de Los Simpson para darse cuenta de ello. Atrás quedaron las imágenes del padre ideal que era el personaje Charles Ingalls, en la serie La casa de la pradera.

El libro Héroe, como ser el padre fuerte que tus hijos necesitan, dice: “Puede que estén presentes físicamente, pero no lo están desde el punto de vista espiritual emocional. Los padres necesitan un cambio de imagen. Alguien tiene que recordarles que no son ni bufones ni ogros.

Decirles que pueden ser unos padres maravillosos y llevar las riendas de su familia con firmeza, cariño y amor. Ya sea por discusiones, violencia y/o alcoholismo, hay padres que optan por retirarse y dejar a sus hijos. Le dejan con un gran hueco: la herida de su ausencia.

La clave consiste en estar presente y no tirar la toalla, involucrarse en la familia. Ser un gran padre es algo que sale de manera natural. Los padres nos enseñan a arriesgarnos, pero también nos proporcionan seguridad poniendo los límites.

Los padres son capaces de detectar a un mal novio para su hija a 20 kilómetros de distancia. La paternidad es algo innato. Los niños creen que deben ganarse el cariño de sus padres, los niños quieren que esté presente en su vida, aunque sea un inútil, incluso un alcohólico. Aquilino Polaino dice: “La presencia del padre y las buenas relaciones con su hijo contribuyen, con toda seguridad, a abreviar la crisis, a aliviar al adolescente, a relativizar sus magnificadas vivencias. Pero si el padre no está, si el hijo no se abre con su padre, el conflicto se puede transformar en resentimiento y comportamientos desajustados.”

Continua la autora de Héroe: “…Cuando tus hijos te miran quieren ver al hombre más listo, fuerte y genial del mundo, que los quiere, los respeta y se interesa por ellos. En eso consiste ser un buen padre.

Cuando el padre pasa un tiempo significativo con su hijo, la experiencia se magnifica. Como padre, tienes el poder de que el tiempo se detenga. Nada es más importante para un niño que la aceptación y el cariño de su padre. Todos los hijos que tienen un padre problemático desean empezar de nuevo. Los hijos no dejan de darnos oportunidades.

Puede que no te consideres un héroe, pero hay que comportarse como tal. Sé el hombre que tus hijos quieren que seas, seguro que es el hombre que a ti te gustaría ser.
Para tus hijos una tus mayores cualidades es la fortaleza. Los hijos suelen poner a prueba esa cualidad, porque quieren descubrir hasta qué punto es fuerte y te preocupas por ellos. No es necesario que entiendas a tu hija para ser un buen padre. 

Sólo tienes que estar ahí cuando te necesite, protegerla, orientarla, establecer unas normas, reafirma su autoestima y quererla.

Aunque tu hijo te diga “te odio”, no te lo tomes como algo personal. Los adolescentes no tienen autocontrol, y la persona con la que realmente están enfadados es consigo mismos.

No tiene nada que ver contigo. Compórtate siempre con un adulto. Cuando se ponga a gritar, demuéstrale que tienes control de la situación hablando en voz baja. Eso les impresiona más que los gritos."