En el IEC merecen abundancia

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En el IEC merecen abundancia

Sin darnos cuenta cómo fue, los políticos de este País han parido a otra clase política más nociva y corrupta, a una burocracia que ni Kafka pudo imaginar, una que dice ser independiente, una élite de consejeros de órganos constitucionales autónomos, una especie de comisarios políticos manipulados por grupos de interés, que se han asignado sueldos de muy alta prostitución, como es el caso de la burocracia electoral mexicana.

Una burocracia vampírica que sangra el presupuesto nacional con altos sueldos y prestaciones que ellos mismos determinan, lo cual es el meollo primordial de la autonomía que ardorosamente defienden, no el hecho de estar viciados por los grupos de interés, como es el caso del INE, y cooptados por los gobiernos estatales, como es la situación actual de los institutos electorales de los estados.

En cierta forma hemos regresado a la época de la Comisión Federal Electoral, sólo que hoy con una inmensa burocracia: INE-OPLES-Tribunales-Fiscalías, todos cooptados por la partidocracia y los caciques estatales, el sistema electoral más caro del mundo y con muy pobres resultados. Sólo basta consultar el “Democracy Index” para ver que ocupamos el lugar 71, abajo de la mediocridad, donde se ubican las democracias imperfectas.

Un aparato electoral inútil y corrupto, como el Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEEP), donde todos los partidos coincidieron en sacarlo de las elecciones del próximo 2 de junio, con lo cual los parásitos del IEEP por tres años estarán devengando un sueldo superior al del Presidente de la República, pero sin trabajar.

Así está hoy la fauna parasitaria del IEC de Gabriela de León, matando el tiempo en las redes sociales, presentando libros y conferencias, todos contagiados con esa nueva fiebre de la “autonomía”, donde la palabra “contrapeso” está de moda y la defensa más feroz ha sido la de sus sueldos, superiores al de muchos mandatarios del mundo. Cínicos y abusivos. No hay otra explicación.

Consulte usted la página del IEC y verá a Gabriela de León descubriendo el agua tibia: “Los órganos autónomos son contrapesos necesarios para la existencia de la democracia”, aunque jamás la escuchamos espetarle esa “autonomía” a Rubén Moreira ni a David Aguillón.

Y asimismo verá a doña Gaby repartiendo unos “certificados democráticos” que no valen tres cacahuates ¿Por qué? Porque aquí no hay democracia plena, el Index respectivo nos ubica por debajo de Guyana, Perú, Jamaica, Surinam, Namibia, Ghana, Túnez, Mongolia y 60 países más. El colmo: que la presidenta del IEC gana más que muchos de los mandatarios de esos países y sin rubor alguno porque cada mañana, como Karime Macías, doña Gaby se repite a sí misma 100 veces frente al espejo: “Sí merezco abundancia, sí merezco abundancia, sí…”.

Son siete consejeros electorales por estado, más los del INE y los secretarios ejecutivos, los magistrados electorales y los fiscales, toda una fauna draculesca de muy difícil clasificación taxonómica. Con sueldos superiores al del Presidente. Nuevos animales políticos autónomos. Una fauna muy voraz. Una vergüenza zoológica.