En el espejo del Otro

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En el espejo del Otro

Tras la historia publicada en este medio, el saltillense Jorge de la Peña entregó a Basilio Pérez un cobertor y dinero para que él pueda darle un regalo de navidad a su nieto Dieguito. Hay tres actitudes que se pueden tomar ante el encuentro con el otro: 1) Conflicto, atacar y luchar 2) Aislarse de los otros, encerrarse, construir un muro al estilo Trump o una barrera de indiferencia alrededor de nuestro corazón.  3) Entablar un diálogo, entenderse con los otros. Emanuel Levinas llama acontecimiento fundamental al encuentro con el otro. Para Levinas no sólo debo colocarme en pie de igualdad y mantener un diálogo, sino que tengo la obligación de ser responsable de él. La responsabilidad es incondicional, en cuanto se reconoce y se acepta, debo interpretar los requerimientos prácticos del otro. La responsabilidad necesita ser descubierta una y otra vez en todos y cada uno de los encuentros con un otro. Ya no se busca el cálculo de ganancias y pérdidas siendo la prioridad del ser humano necesitado. Dice el periodista Kapuscinski: “Es cierto que el otro a mí se me antoja diferente, pero igual de diferente me ve él, y para él yo soy el otro. El otro no es sino un espejo en el que se contempla, y en el que es contemplado, un espejo que lo desenmascara y lo desnuda, cosa que todo el mundo prefiere más bien evitar.” El espejo no debería ser sólo para verme a mí mismo de forma narcisista y egoísta, o ver al otro como un medio para mis fines. Dice Byun-Chul Han: “...No solo el exceso de oferta de otros otros conduce a la crisis del amor, sino también la erosión del otro, que tiene lugar en todos los ámbitos de la vida y va unida a un excesivo narcisismo de la propia mismidad. En realidad, el hecho de que el otro desaparezca es un proceso dramático, pero se trata de un proceso que progresa sin que, por desgracia, muchos lo adviertan…. Vivimos en una sociedad cada vez más narcisista, narcisismo no es ningún amor propio que niega al otro favor de sí mismo. Al narcisista el mundo se le presenta sólo como proyecciones de sí mismo no es capaz de conocer al otro en su alteridad y de reconocerlo en esta alteridad. Sólo hay significaciones ahí donde él se reconoce a sí mismo de algún modo. La depresión es una enfermedad narcisista, conduce a una relación consigo mismo exagerada y patológicamente recargada. El narcisista depresivo está agotado y fatigado de sí mismo. Carece de mundo y está abandonado por el otro. El otro, despojado de su alteridad, queda degradado a la condición de espejo del uno, al que confirma en su ego.” En el espejo debería reconocer que el otro es muy semejante mí, en carga genética, en que compartimos los mismos dolores, sufrimientos, hambre sueño, enfermedad. También en el espejo del otro pudiera ver que, por el solo hecho de ser humanos, somos iguales en dignidad, merecedores de respeto hacia los demás y hacia nosotros mismos, seres valiosos únicos e irrepetibles. “Lo que está por encima de todo precio y no admite ningún tipo de equivalente, es aquello que posee una dignidad.”  Para Malinowski no existen culturas superiores e inferiores, sólo hay culturas diferentes. La persona perteneciente a otra raza y a otra cultura, es una persona cuyo comportamiento encierra dignidad, respeto por unos valores establecidos, por una tradición de las costumbres. Las culturas forman híbridos, como la mexicano-estadounidense. La corriente globalizadora uniformiza nuestra realidad, y su contraria, es la que preserva nuestros hechos diferenciales, nuestra originalidad e irrepetibilidad. “La buena disposición hacia otro ser humano es esa única base que puede hacer vibrar en él la cuerda la humanidad.”