Como en todo deporte, el emparrillado también da revanchas. Ese es el caso del choque de la Ronda Divisional de Playoffs entre los Falcons y los Seahawks; ambos conjuntos podrán sacar conclusiones del duelo que sostuvieron en la Semana 6 de la campaña regular, pero para el compromiso de hoy en el Georgia Dome de Atlanta habrá muchas diferencias, especialmente del lado de los de Seattle.

Los Seahawks parecen haber reencontrado el ataque por tierra en la ronda inicial de la postemporada, el que les hizo falta a lo largo de la campaña regular, y el quarterback Russell Wilson luce saludable por primera vez en casi toda la campaña.

Del otro lado, la defensa perdió a una de sus principales armas por la lesión del safety Earl Thomas, quien será baja por el resto de la temporada por una fractura.

Además, este partido será en el Georgia Dome, por lo que los Seahawks no contarán con la ventaja de la localía en Seattle, donde ganaron a los Falcons por 26-24 en la temporada regular.

“Tenemos a los mejores fanáticos del mundo”, dijo Wilson, consciente de que Seattle tiene marca de 8-1 esta temporada en su estadio, y de 3-4-1 como visitante. “Es algo que no damos por sentado”.

Además de contar con la ventaja de cancha local, los Falcons también lucen distintos en este segundo encuentro.

La joven defensa, en la que hasta cuatro novatos son titulares, ha madurado en la segunda mitad de la temporada, incluso tras la lesión que frenó la campaña de su mejor cornerback, Desmond Trufant.

Vic Beasley se ha convertido en uno de los mejores en las funciones de presionar al quarterback rival en toda la liga.
“Ambos equipos son mejores que cuando nos enfrentamos entonces”, dijo el entrenador de los Falcons, Dan Quinn, un excoordinado defensivo en Seattle.

La ofensiva de Atlanta ha funcionado como una máquina bien calibrada toda la temporada. Encabezada por el quarterback Matt Ryan, uno de los favoritos al premio al jugador más valioso, los Falcons (11-5) ganaron sin dificultades el título del Sur de la NFC y no tuvieron que jugar en la primera ronda. Atlanta tuvo el ataque más prolífico de la NFL, con un promedio de casi 34 puntos por partido. 

Ante los Patriots Texans tiene un reto titánico enfrente

Tom Brady y los “Pats” dicen que no se tomarán a la ligera el enfrentamiento ante los Texans, sin embargo, los números y los hechos ponen como víctimas a los de Houston en su visita en Foxborough, donde jamás han ganado, incluyendo el duelo de esta temporada que perdieron sin marcar un solo punto y fueron apaleados (27-0) por Nueva Inglaterra sin su quarterback estelar.

Los Patriots son favoritos por 16 puntos, según las casas de apuestas, apenas la sexta ocasión desde 1966 que un equipo es favorecido por al menos 15 puntos en un partido de playoff.

Nueva Inglaterra asegura que no se toma el partido a la ligera el partido por la ronda divisional de los playoffs, especialmente porque enfrenta a la defensa de mejor ranking en la NFL.

Los Texans no se dan por vencidos y ya tienen un plan para buscar el milagro. “Lo primero que hay que hacer es proteger el balón. Si quieres vencer a los Patriots, especialmente en Foxborough, no puedes perder el balón”, dijo el quarterback de los Texans, Brock Osweiler.

“Si uno comete errores de pérdida de balón, le estás regalando oportunidades a Tom (Brady) para anotar puntos... y eso jamás será positivo para tu equipo”.

Esta tarea será bastante difícil ante una defensa de los Patriots que se ha especializado en provocar pérdidas de balón en la racha de siete victorias que tiene el equipo al debutar en la postemporada.

La defensa de Nueva Inglaterra tuvo tres semanas consecutivas a mitad de la temporada en la que no provocó una sola pérdida, pero respondió con 14 en los seis últimos encuentros.

Los Texans perdieron el balón tres veces en su primer duelo. Dos de esos errores —ambos pérdidas de balón en patadas de despeje— produjeron 14 puntos de Nueva Inglaterra.

Aunque todos los dan por ganadores seguros, el linebacker de los Patriots, Dont’a Hightower, advirtió que todo se decide dentro de la cancha.

“Ustedes no jugarán el partido, así que no importa lo que la gente piense”, dijo Hightower. “O sea, ustedes no estarán en la cancha. Así que no presto atención a las opiniones”, sentenció.