En defensa de los comelonches

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En defensa de los comelonches

“Mira con los ojos de otro, 
escucha con los ojos de otro y 
siente con el corazón de otro.

Alfred Adler.

Comelonche: (adjetivo calificativo) Persona de escasos recursos económicos, educativos y culturales que en períodos electorales intercambia su voto por un “lonche” o dádiva (léase tinaco, bolsa de cemento, varilla, pintura, etcétera). Ellos son beneficiarios permanentes de los programas sociales y obra pública del Gobierno municipal, estatal y federal. Militan en algún partido político e integran el “voto duro” de los mismos.

Sus detractores son militantes de partidos políticos incapaces de integrar una estructura de “comelonches” para obtener triunfos electorales. Los panistas, por ejemplo, desde su doble moral, escandalizados apelan a la “compra-venta de dignidad” o “subasta de conciencias”. Cuando ellos mismos entran a esa puja de votos, sin éxito considerable.

Las clases medias y altas repiten esos “argumentos” hasta la saciedad. También lo hacen muchos integrantes del “círculo rojo” o minoría politizada, integrada por líderes de opinión (empresarios, intelectuales o periodistas) con presencia relevante en los medios de comunicación. Sus aliados en las redes sociales, asimismo, comparten esa actitud. 

Todos ellos, lo hacen bajo el manto de “la correctitud política”, con plena “superioridad moral e intelectual” respecto a “los comelonches”. Sin cuestionarse, claro, lo agujerado del mismo manto que les cobija.

¿Qué les hace pensar que son “superiores” a los llamados “comelonches”? 

¿Acaso, además de opinar, participan en asuntos torales de su comunidad para modificar su futuro? O pensarán que su estatus socioeconómico, su escolaridad o nivel intelectual les da esa potestad.
¿Cuántos de esos “políticamente correctos” han hecho un esfuerzo de empatía radical para ponerse en los zapatos de “los comelonches”?

¿Sabrán ellos, que “los comelonches” habitan el “otro México”, el del inframundo, que no cuenta con las oportunidades económicas, educativas y laborales para aspirar a un mejor futuro?

¿Sabrán ellos, que por esa razón, “los comelonches” negocian su supervivencia diaria, entre la informalidad, las remesas del extranjero, la afiliación a un partido político o la integración a las filas del narcotráfico?

¿Sabrán ellos, que de vivir en esas “condiciones comeloncheras”, también, probablemente serían “comelonches”?