Saltillo, le dice adiós a las bolsas de plástico y popotes, prohibiéndolos en establecimientos comerciales y tiendas de autoservicio, farmacias, mercados, restaurantes, bares y similares, asumiendo las recomendaciones de la ONU para mitigar la contaminación como una medida para revertir los daños al medio ambiente. Igual lo han hecho un buen número de ciudades en México y decenas de países han incorporado en sus legislaciones locales la prohibición de bolsas de plástico de un solo uso, así como los popotes de plástico. Pero ¿Qué tan efectivas son las prohibiciones? A veces resultan provocadoras y contraproducentes.

La prohibición del uso de bolsas de plástico de un solo uso surge de la campaña mundial “Mares Limpios” de la ONU Medio Ambiente, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente y el Día Mundial de los Océanos, celebrados anualmente el 5 y el 8 de junio respectivamente, y está centrada en aumentar la conciencia mundial sobre el estado de los océanos y la vida acuática, para evitar la contaminación por plásticos.

Los comerciantes oportunistas interpretan la prohibición a su conveniencia, no suministrando bolsas, pero los consumidores pueden llevarlas aunque sean de plástico y las autoridades parecen estar más interesadas en alinearse a las políticas internacionales que no son totalmente efectivas para proteger al medio ambiente.

La prohibición también ha reactivado la venta de bolsas ecológicas, bolsas artesanales de tejidos plásticos, bolsas de yute o malla plástica, etc. El alcalde mandó hacer cien mil bolsas ecológicas (?) y Él personalmente las ha estado repartiendo en los cruceros de mayor circulación de vehículos de la ciudad. Todo sea para hacer campaña, en sus sueños, a la gubernatura.

La prohibición en Saltillo se lanzó sin socializar, sin articulación y sin consultar las necesidades de los ciudadanos y su contexto sociocultural. Se habla de una prohibición, cuando el problema no reside sólo en el plástico, se está prestando para el oportunismo y para el lucro y genera otros efectos adversos. No estamos diciendo que no estamos a favor de la reducción del plástico desechable de un solo uso, pero se debe asegurar que se consideren las necesidades de la mayoría de los ciudadanos. La prohibición debería ir encaminada a reducir la cantidad de residuos en general, no al cambio de un tipo de residuo solamente.

¿Acaso las autoridades se han puesto a pensar, cómo le van a hacer las personas que van a comprar el mandado y tienen que poner todo en la misma bolsa que ellos llevan? Por ejemplo, un cuarto de kilo(kg) de chile serrano, un kg de tomate, medio de limón, un kg de papa, 5 plátanos, 8 calabacitas, 8 zanahorias, frijol a granel, medio de picadillo, etc., etc. Todo revuelto en ¡la misma bolsa!

¿Y las bolsas que se compran para la basura? ¿Qué sugieren hacer con ellas? Porque prohibir unas cosas y otras no, es incongruente. ¿Y las tiendas que dejarán de usar bolsas para el mandado de sus clientes, que aportan en esta campaña, además de beneficiarse con el ahorro?

Existen ejemplos en el mundo de diferentes fórmulas entre la tienda y el consumidor, para enfrentar la desaparición de bolsas de un solo uso. Por ejemplo, en Dinamarca la tienda cobra 7 centavos de euro por cada bolsa y si las regresan le devuelven al cliente 13 centavos. Y por cada bolsa que no se devuelve, la tienda dona un peso a una institución de apoyo a la naturaleza, esto con el fin de que la tienda se involucre en esta campaña en favor de la naturaleza.

Y ¿cuándo se prohibirá el uso de artículos de unicel o nieve seca, como vasos, platos, empaques etc.? ¿Por qué no se prohíbe el uso de botellas de plástico PET, para agua, que son más dañinas que las mismas bolsas de un solo uso? Además es un gran negocio para quien las vende y pésimo para el que las compra, afectando su economía familiar. ¿Por qué el municipio –y/o Aguas de Saltillo- no hacen una campaña intensiva de ¡No tomes agua de garrafón! ¡Toma de la llave!? El agua de Saltillo es de buena calidad, sólo se tiene que tener cuidado de tener el tinaco o cisterna limpios. O si el agua llega directamente de la calle se puede tomar directamente de la llave sin ningún problema. Si usted lo desea, puede instalar un pequeño filtro o hervirla, pero no es necesario.

El plástico está presente en casi todos los aspectos de la vida moderna, sin embargo el problema no es el plástico, el problema es usarlo de manera irresponsable. La solución no es prohibir las bolsas de plástico, sino asegurarse de que se usen de manera responsable y se reciclen adecuadamente.

Parte de la solución para mejorar las condiciones del planeta, es llevar a cabo un intenso programa de Educación Ambiental en todas las escuelas, como se hizo en Coahuila de 1993 a 1999, llegando a participar más de 90 mil niños en todo el estado. Actualmente el estado lo tiene como un programa más, sin darle el valor adecuado participando poco más de 5 mil niños. Y el municipio no contempla ningún programa específico de Educación Ambiental en su Agenda Ambiental. De esta manera nunca llegaremos a tener una verdadera conciencia ambiental. ¿Y el Planeta donde queda?

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