Grises, taimadas, sin emoción y a escondidas –así como la actual administración en Coahuila– parecieron las campañas (sic) de los aspirantes a ese gran centro de alabanzas que es el vapuleado y deshonroso Congreso del Estado, en este año del arrase de 2020.

Autorizadas por Gaby (la de Moreira) a ordenanza de quien manda en estas tierras desde un búnker en las Lomas de Chapultepec, aislado, solitario y frustrado. ¿La razón? Aprovechar la coyuntura de la pandemia para que la votación fuera baja, que es la que más le gusta al PRI.

Ya hemos analizado el papel de los diputados de ese centro, siempre en disciplina a lo que el pequeño reyecito de la gubernatura (en anteriores tiempos, ya que hoy es sólo un encargado de negocios) le parezca, con la diferencia que los anteriores a la docena trágica coahuilense se dedicaron a modificar leyes penales, civiles y administrativas a fin de adecuarlas a los clamores de la sociedad; sólo recuerdo una que generó un impuesto nuevo en el estado, en la reforma que Mendoza Berrueto propuso para implementar el Impuesto sobre Nóminas, previo cabildeo con las cámaras patronales del estado.

Pero llegó Beto el Bailador y empezó la campaña a fin de disolver a la sociedad a través de figuras mal copiadas del derecho francés y elucubradas en las mentes más retrógradas y siniestras del equipo del hermano mayor, quien era el que mandaba desde las sombras. Luego, para acabar con el cuadro, propuso el aumento despiadado a todos los servicios del estado para cubrir la sinvergüenzada y el saqueo.

Siguió el hermano mayor que convirtió el sistema de gobierno en una dictadura que a través de sus diputados de plano confinó las libertades y atropelló torpemente y con mala fe a las instituciones que deberían ser autónomas, en un ejercicio del poder por el poder mismo.

¿Con qué cara los candidatos del PRI a las diputaciones se presentan ahora a los ciudadanos para pedir su voto?, ¿Creen ustedes que con los antecedentes de las tropelías, disfrazadas de leyes, sean dignos de representarnos?

Bueno, es de tal tamaño el temor por parte de Riquelme que aparte de andar asustando niños con su máscara de Halloween, ya solicitó un préstamo de mil millones de pesos, quesque para solventar la pérdida de fideicomisos para Coahuila.

Ese dinero, aparte del que se está desviando hoy día producto de los derechos vehiculares en su renglón de apoyo a la educación, será utilizado para la aceitada al lumpen elector de las huestes zombis que ya cambiaron su tarifa de despensa, torta y menudo por mil 500 pesos en efectivo por voto, eso a los niveles más bajos de estos ejércitos de muertos vivientes y 5 mil pesos a los coordinadores de colonias, a fin de asegurar el triunfo al menos en los municipios de Piedras Negras, Saltillo y Centro del estado, pero ni con eso van a poder llegar al 25 por ciento de electores que emitan su voto.

Ya en el partido se entregaron las plazas de La Laguna, Acuña, Piedras, Ramos y Monclova, y están en empate PRI, PAN y Morena en los dos distritos de Saltillo. ¿No se le hace raro que dejaron de publicarse encuestas y solamente asoman tímidamente algunas de distritos tradicionales?

La descomposición del sistema político coahuilense se inició con el arribo de la familia sanguinaria y ha estado dando trazos de su podredumbre con ejemplos claros en este proceso: a raíz de la aprehensión de Oceguera y su tesorito en una pretendida lección a cerrar filas en Ramos, la respuesta del dictador Rubén “N” en su tuit fue la cita bíblica de la traición de Judas, no bastaron minutos para evidenciar al destinatario; el hermano Bailador quien contestó: “El que utilizó la sagrada Biblia para enviar un mensaje se mordió la lengua; mejor sería que leyera lo que Caín le hizo a Abel”.

¿Usted, ciudadano, votaría por la pandilla saqueadora?, ¿lo haría por quienes quitaron a los maestros de servicios de médicos de calidad y medicamentos?, ¿por quienes les impusieron descuentos en sus pensiones, ¿por quienes saquearon sus cajas de ahorro, fondos de pensiones y vivienda?; ¿votaría por quienes establecieron figuras que disuelven a la familia?, ¿seguiría apoyando a quienes votaron por esconder la deuda de Coahuila con 70 candados?, ¿por aquellos que facilitaron la llegada a la magistratura de Coahuila de los peores magistrados que han existido en la historia?, ¿por quienes impulsaron a los titulares de los sistemas anticorrupción, derechos humanos, acceso a la información quienes no son más que empleados del tirano Rubén “N”?. Piense bien su voto o sufra las consecuencias.