En el programa Conversando de VANGUARDIA, el periodista Carlos Arredondo y el politólogo Carlos Alfredo Dávila, vía remota desde Oaxaca, analizaron la elección de los Estados Unidos, su sistema electoral, y si el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tuvo o no una postura correcta al no reconocer aún como presidente electo a Joe Biden.

De acuerdo con Dávila, la jornada electoral en la Unión Americana fue un proceso electoral cerrado, pero más de lo que se pronosticaba.

Además, algo que sí se está dando en la actualidad es que el proceso se extenderá por los litigios electorales, sin contar con la incertidumbre que esto genera.

Carlos Alfredo Dávila le dio la razón al presidente de México, López Obrador, en no adelantarse en felicitar por el triunfo a Joe Biden, no obstante que todo hace indicar que la tendencia de la votación y su victoria, sería irreversible.

Sin embargo es prudente esperar los resultados oficiales y el término del conteo de los votos, porque en Estados Unidos, aún siguen llegando votos de ciudadanos que hicieron su sufragio vía correo postal, y adelantar un triunfo antes de concluir con el conteo total es una falta de respeto para quienes votaron y su sufragio aún no es contabilizado.

DECISIÓN PARA EL 14 DE DICIEMBRE

El nuevo presidente de los Estados Unidos deberá jurar el próximo 20 de enero de 2021, sin embargo, para el 14 de diciembre de este año la decisión sobre el ganador debe estar declarada.

En el análisis que hicieron Arredondo y Dávila del Sistema Electoral de Estados Unidos, encontraron que no obstante a que no existe un sistema democrático similar en el mundo, éste tiene 250 años de existencia, no cuenta con un órgano nacional como el INE en México, cada entidad cuenta sus votos y al final de cuentas en un estado cuentan los votos de la mayoría, pero el sistema no ha tenido grandes fallos en su historia.

De acuerdo con Dávila, el hecho de que López Obrador, no reconoce aún el triunfo de Biden no puede tener consecuencias para México, porque en realidad sí habrá una presión, pero derivada de la región comercial por TMEC, como en el caso del aspecto laboral, y por la relación de países vecinos y socios comerciales, en el tema del cambio climático y el uso de combustibles fósiles, en donde estaban de acuerdo Trump y AMLO.