Elecciones Coahuila 2021| Vinculación de ciudadanos con los partidos políticos
Aunque la participación política no necesariamente está relacionada con los partidos políticos, estos son agentes movilizadores por excelencia, pues organizan campañas y activan a los ciudadanos.
Además, los partidos tienen otras funciones: simplifican y estructuran las opciones electorales, articulan y agregan intereses diversos, canalizan la comunicación, la consulta y el debate, forman, reclutan y seleccionan líderes y candidatos a puestos de elección popular, estructuran las divisiones parlamentarias, actúan como think tanks de la política y organizan el gobierno.
Los partidos no solo son uno de los canales más importantes de participación política, también sirven para potenciar y fortalecer la participación.
Sin embargo, en México, y en general en América Latina, los partidos generalmente reflejan apoyo personal a líderes específicos o a facciones parlamentarias basadas en la distribución de patronazgo y clientelismo más que plataformas programáticas, un conjunto de principios ideológicos o una estructura de movilización estable.
En el caso mexicano, lo anterior deriva de que durante un largo periodo el sistema de partidos en realidad fue de uno, dominante. Los partidos de oposición eran legales, pero con oportunidades muy limitadas de competir por el gobierno.
Durante los últimos 20 años, diversas encuestas y estudios de opinión han demostrado que los partidos son de las instituciones en las que menos confían los mexicanos. En general, la percepción hacia éstos es muy negativa.
La Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en colaboración con el Instituto Nacional Electoral (INE), refleja lo anterior.
El 74.4 por ciento de la población de 15 años o más encuestada dijo confiar poco o nada en los institutos políticos, mientras que el 19.3 por ciento respondió tener algo de confianza y solo el 2.5 por ciento mucha confianza en ellos.
Los sindicatos, empresarios, organizaciones sociales, grupos de vecinos, medios de comunicación, sacerdotes y universidades públicas, son grupos sociales con mayor grado de confianza de la población.
MILITANCIA PARTIDISTA
Ahora bien, ¿qué decir de la militancia partidista? Diversos académicos y funcionarios han expresado preocupación por la caída en el número de miembros y afiliados de los partidos en muchas democracias consolidadas.
En México, en general las tasas de militancia en partidos políticos son bajas. También lo son a lo largo de las distintas categorías socieconómicas.
Según el “Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México”, la tasa más alta de participación (presente) se obtiene entre los mexicanos de 60 años o más, mientras que la más baja entre los jóvenes de 18 a 25 años.
Los mexicanos con postgrado participan menos en partidos políticos, comparados con el resto de los niveles educativos.
También es interesante que los mexicanos con ingresos más bajos son más frecuentemente miembros en partidos políticos. Los patrones de militancia son más o menos lo mismos cuando comparamos tasas al día de hoy y en el pasado; sin embargo es notable que las tasas de membresía en 46 años anteriores tienden a ser más altas para la mayoría de las categorías socioeconómicas.
¿Cómo se vinculan los mexicanos a los partidos? el mismo informe señala que existen dos tipos de personas vinculadas a partidos políticos: la primera es la que tiende a utilizar pragmáticamente a las asociaciones civiles y vecinales en beneficio de actividades y una carrera política; y el otro tipo es más complejo, pues se debate constantemente entre ayudar a su comunidad y beneficiarse de manera personal de las actividades políticas, y puede estar vinculado por un tiempo a un partido político y después distanciarse, o seguir vinculado pero a través de asociaciones civiles y vecinales.
Es decir, la evidencia cualitativa muestra una relación compleja del mexicano típico con los partidos políticos. Dicha relación se debate entre el pragmatismo y cinismo, por un lado, y el deseo de obtener acceso o mejorar la calidad de bienes públicos. En ambos casos, es claro que los partidos se perciben como vehículos efectivos, pero éticamente cuestionables y que merecen poca confianza.
*Nota: este texto sintetiza información del reporte “Ciudadanía en México, ¿ciudadanía activa?”, publicado por el INE y el Colegio de México, de los autores Ma. Fernanda Somuano y Fernando Nieto.