Elecciones Coahuila 2021 | Participación política, convencional y protesta

La definición más amplia de participación política incluye todo tipo de acciones individuales y colectivas, ya sean voluntarias o involuntarias

Existen diversas definiciones de participación política, pero una de las más aceptadas, por su generalidad, es la de los investigadores Sidney Verba y Norman H. Nie: aquellas actividades realizadas por ciudadanos que están dirigidas a ejercer influencia sobre la selección del personal gubernamental y sobre las decisiones que toman.

Estos autores explícitamente excluyen de su definición lo que califican como actos ceremoniales o movilizaciones en apoyo al régimen. Asimismo, dejan fuera a aquellas actividades políticas no convencionales, como protestas o manifestaciones ilegales, o movimientos revolucionarios subversivos. De hecho, centran su análisis en lo que llaman participación democrática.

La definición más amplia de participación política incluye todo tipo de acciones individuales y colectivas, ya sean voluntarias o involuntarias.

Verba identifica distintos tipos de participación que difieren en el grado de “costos” que implican para el ciudadano:

1) Si la acción representa las preferencias políticas de los individuos o si en cierta forma existe presión para que se lleve a cabo.

2) Si la acción se dirige hacia un objetivo social o a un interés particular.

3) El grado potencial de conflicto.

4) La dimensión de esfuerzo requerido.

5) El grado de cooperación que es requerido.

No obstante, una opción más sencilla es analizar la participación desde lo convencional (contacto con funcionarios, voto) y lo no convencional (también llamada protesta).

PARTICIPACIÓN CONVENCIONAL

Algunas formas de ejercer la participación política convencional son: contactar a algún funcionario, promover candidatos, colaborar con actividades de partidos, leer y compartir información política en las redes sociales, visitar sitios web de partidos políticos o firmar peticiones.

Según el Informe País sobre la Calidad de la Ciudadanía en México, presentado por el Instituto Nacional Electoral a mediados de la década anterior —siendo el último de su tipo—, las actividades como leer o compartir información política en las redes, así como colaborar en actividades de algún partido, son las más recurrentes entre los mexicanos.

Además de que las actividades individualizadas (como contactar a un funcionario o compartir la información en redes) son más frecuentes que las que implican acción colectiva.

PROTESTA (PARTICIPACIÓN NO CONVENCIONAL)

Al hablar de “protesta” nos referimos a actividades que se asocian a formas de participación no convencionales, tales como marchas, boicots, plantones, actos comunes y necesarios que ejercen influencia en las democracias modernas.

Generalmente la protesta se asocia con sentimientos de frustración y alienación política. En su muy conocido estudio “Why Men Rebel?”, Ted Robert Gurr sugiere que la protesta es más común en individuos de bajos recursos, minorías y otros grupos que se ubican en circunstancias de precariedad o de injusticia, más propensos a estar insatisfechos con su situación.

En contraste, otros investigadores han argumentado que la protesta en las democracias contemporáneas se ha convertido en una extensión de la política convencional.

La protesta es solo un repertorio de acción más (como el voto, actividad en campaña o trabajo comunitario) que los individuos utilizan para perseguir sus objetivos.

En esta perspectiva, se asume que la protesta debe ser mayor entre individuos con niveles más altos de educación y sofisticación política —aquellos que tienen más habilidades políticas y recursos para involucrarse en estas actividades—.

 

*Nota: este texto sintetiza información del reporte “Ciudadanía en México, ¿ciudadanía activa?”, publicado por el INE y el Colegio de México, de los autores Ma. Fernanda Somuano y Fernando Nieto.