Elección 2021: otra lección de la ciudadanía

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Elección 2021: otra lección de la ciudadanía

Tras el conteo de los votos pues, tendremos que seguir siendo los ciudadanos los que forcemos, con nuestra vigilancia intransigente de la actividad pública, el que el mandato de las urnas se cumpla.

De acuerdo con las cifras del conteo rápido que dio a conocer anoche el Instituto Nacional Electoral, la participación ciudadana en la jornada de este domingo se ubicará, cuando concluya el conteo de los votos, por encima del 51 por ciento. Se trata de una cifra relevante dado el contexto.

Y el contexto, todos lo sabemos, fue de una extrema polarización discursiva por parte de los contendientes, polarización que no puede considerarse, de entrada, un elementos que aliente a la ciudadanía a ejercer su voto.

En este sentido, y como ha ocurrido de forma recurrente en los últimos años en México, el electorado demostró una vez más estar por encima de los partidos, sus dirigencias y candidatos.

Pero no solamente puede afirmarse lo anterior porque se registró una participación importante para una elección intermedia, sino porque parece claro que los electores votaron haciendo uso de su libertad, es decir, guiándose más por su propia evaluación de la realidad y menos por el discurso apocalíptico de nuestra clase política.

En este sentido, resulta relevante el que los datos preliminares dejen claro que nadie ganó todo, pero tampoco nadie lo perdió todo. Hay un partido, Morena, que a nivel nacional captura la porción más importante de los sufragios, pero la oposición también obtuvo un respaldo relevante.

De acuerdo con los datos del INE, la oposición, entendida esta como la integrada por los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional, de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano, habría obtenido, en el mejor de los casos, casi la mitad de los votos. No es poca cosa para venir de una derrota apabullante hace tres años.

El renovado mapa político de la Cámara de Diputados, todo hace indicar, traerá un nuevo equilibrio al Poder Legislativo y eso siempre es una buena noticia en la democracia. Que las distintas fuerzas políticas se vean obligadas a negociar es algo que juega en beneficio de la ciudadanía.

Tal resultado, es preciso insistir, no es un mérito de los partidos, sino de la ciudadanía que, aunque vote de a uno en uno, siempre se las arregla para construir decisiones colectivas que sirven para documentar el optimismo.

También es preciso señalar que hasta aquí, estamos hablando solamente de los números, es decir, del resultado electoral duro y que éste, por sí solo, no modificará ninguno de los resultados que ofrece la actividad política. Que esto último ocurra, es decir, que la democracia nos ofrezca mejores frutos que los actuales, dependerá nuevamente de la ciudadanía.

Porque nuestros políticos, lo sabemos bien, son especialistas en decepcionarnos y en olvidar rápidamente, ya no digamos las promesas que nos hacen en campaña, sino el mandato que les hemos entregado en las urnas; en este caso, el de construir un nuevo equilibrio legislativo.

Tras el conteo de los votos pues, tendremos que seguir siendo los ciudadanos los que forcemos, con nuestra vigilancia intransigente de la actividad pública, el que el mandato de las urnas se cumpla.