El viejo PRI y sus sectores

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El viejo PRI y sus sectores

“Dios bendiga este día venturoso…”, diría Carlos Monsiváis ante este acto de humildad priista en el que Claudia Ruiz Massieu y Rubén Moreira Valdez –presidenta y secretario general del PRI– anuncian la creación de una página web donde sus militantes podrán opinar respecto a los cambios que dicho partido necesita para renovarse tras la histórica derrota.

Claudia, la sobrina de Carlos Salinas de Gortari, y Rubén Moreira, el exgobernador más odiado de Coahuila, quieren renovar al PRI y ahora nos piden opinión aunque alguna vez que lo hicimos Rubén se burló de nosotros en un “desayuno” de Juan Manuel Udave, donde nos llamó “especuleros” y “oraculeros”.

Ahora en la debacle, los que nunca fuimos tomados en cuenta somos convocados por Rubén y sus atorrantes acólitos, la tortuosa pandilla de politicastros que nunca estuvieron a la altura de un desempeño serio y creíble, sino todo lo contrario, aptos para la rapiña, expertos de la retranca, la sevicia y la corrupción.

Hagamos, pues, alguna reflexión como un aporte inane a lo que ya todos sabemos del partido tricolor; que hace mucho tiempo el PRI agotó su capacidad de representar al pueblo.

Para empezar, hay que consignar que el PRI ya no es revolucionario ni es institucional, eso ya forma parte del pasado, quedó en la prehistoria, esa dialéctica posible de hacer de la Revolución una institución y desde esa institución seguir haciendo la Revolución, ya no existe, ya se acabó.

Otra paradoja consiste en su nominación revolucionaria; el PRI es un partido de derecha y ya no encuadra en la Internacional Socialista, por lo que es necesario cambiarle de nombre, refrendar su carácter neoliberal y liquidar los remanentes de sus sectores campesino, obrero y popular.

Por ejemplo, aquí en Coahuila, ese fantasma de la CNC llamado Ramón Verduzco ya debe irse y permitir que los campesinos decidan que rumbo tomar, que es mucho decir, pues todos sabemos que este campesino nylon no es líder de nadie, sino una burda imposición antidemocrática de Rubén Moreira.

En cambio, Tereso Medina no debe irse, sino todo lo contrario, debe quedarse para organizar el sector patronal. Y que conste, si se quiere acabar con la simulación se debe aceptar que muchos “líderes obreros” sean hoy grandes empresarios, ese sector ya lo propuso en su momento Lauro Ortega, idea que no prosperó porque en los años 60 el PRI sí era un partido de obreros y campesinos, ahora los líderes obreros son magnates como don Tereso, el que recientemente sorprendió en el Senado con una reforma polémica de la cual se deslindó la CTM porque, definitivamente, el senador Medina es el alma viva del nuevo Sector Patronal y pasará a la historia como el obrero que le quitó para siempre a su partido esa máscara proletaria que siempre lo identificó.

El Sector Popular es algo difícil de definir pero que también tiene que evolucionar. Ahí medra un tal Marco Cantú Vega, del mismo cuño del campesino Verduzco, otro acólito de los Moreira. La CNOP es otro cascarón obsoleto y su alternativa perentoria es renovarse o morir.

Sigue la Fundación Colosio que nunca estuvo en peores manos, ¿Luis Donaldo Colosio y David Aguillón? El agua y el aceite. Pero hay más que opinar en esta tarea histórica de cambiar al PRI. ¿Será posible?