México.- "Bueno eso es una realidad de que las drogas destruyen, desgraciadamente como le comento, donde yo me crié no hay otra manera de sobrevivir, ni hay y pues no había otro camino como llevar a cabo nuestra economía para poder vivir", le dijo Joaquín El Chapo Guzmán a Sean Penn en la entrevista grabada que se hizo pública en enero de este año.

La confesión, dicen los abogados, es la prueba reina en un juicio.

Lo único que los fiscales tendrían que hacer en el juicio será probar que el video es auténtico y no fue tomado a la fuerza, según abogados consultados por MILENIO.

Con eso, “un estudiante de segundo año de derecho lo puede meter a la cárcel”, dice en tono de broma Thomas Shakeshaft, ex fiscal del caso Chicago contra El Chapo.

A Guzmán Loera lo esperan juicios en seis estados de Estados Unidos. La fiscalía federal en Nueva York, California, New Hampshire, Illinois, Texas y Florida ha armado casos contra el líder del cártel de Sinaloa más o menos por los mismos cargos: tráfico de drogas y conspiración, solo en Texas enfrenta un cargo por homicidio.

Hasta enero de este año el único documento con la voz de Guzmán Loera eran unas llamadas telefónicas de 2009 en las que hace tratos sobre el precio de heroína con Pedro Flores, uno de los gemelos de Chicago que colaboraron con la DEA.

Hasta que a principios de 2016, los actores Sean Penn y Kate del Castillo le dieron a la fiscalía —haciéndolo público—, el video/entrevista en la que El Chapo habla sobre su vida y su carrera de narcotraficante.

Aunque Penn no haya cometido ningún delito, puede ser llamado a declarar, dijo en enero a MILENIO, Robert Bennett, abogado penalista de la firma Hogan Lovells, y que representó a Bill Clinton en el caso Lewinsky.

El abogado explicó que una cosa es que Penn sea llamado como testigo y otra que una fiscalía pueda armar un caso en su contra, lo que es difícil que suceda, porque según los abogados consultados, hasta donde se sabe Penn no incurrió en ningún delito. 

“No existe una ley que diga que un individuo no puede hablar con alguien que sea fugitivo. Podrías meterte en problemas si le brindaste asistencia a esa persona, dinero, comida, transporte. Pero si solo te reuniste con él y lo entrevistaste, no veo ninguna actividad criminal“, dijo Bennett, que también representó a la entonces periodista de The New York Times, Judith Miller, cuando la CIA le pidió revelar sus fuentes sobre armas de destrucción masiva en Irak.

Tampoco existe la obligación de avisarle a la policía cuando uno sabe donde está un fugitivo, pero si lo hace y habla con la autoridad, entonces está obligado a decir la verdad, explicó Bennet.

La discusión será si Penn es llamado como testigo en un juicio contra Guzmán Loera, y si tiene o no que hacerlo y presentarse ante un juez.

“Básicamente un periodista o alguien jugando el papel de periodista como el señor Penn está protegido por la Primera Enmienda de la Constitución (de Estados Unidos)¨, dijo Floyd Abrams, abogado especialista en la Primera Enmienda.

La ley estadunidense protege el derecho de un reportero a guardar silencio sobre sus fuentes, lo que se conoce como el privilegio del periodista.

No está a discusión si Penn es un periodista. El solo hecho de publicar un artículo en la revista Rolling Stone le otorga el privilegio, y la carta que le escribió su editor antes de venir a México parece haber sido “para ponerlo en la situación más periodística posible”.

Abrams representó a la cadena de televisión NBC en un caso en el que las autoridades requerían información sobre una entrevista hecha a un terrorista prófugo y el reportero se negó a dar más información. Pero, dice el abogado, en el caso de Penn, donde el criminal ya ha sido aprehendido y la información que quiere el fiscal (la confesión en video) está en el expediente, el actor no tendrá mucho argumento para no testificar.

En realidad, explica  David Schulz, abogado experto en medios y maestro de la Universidad de Yale, si el fiscal manda llamar a Penn y él se acoge al privilegio de periodista, dependerá del lugar donde sea el juicio y del juez si lo obligan a comparecer.

“El país está dividido; algunos circuitos (judiciales), como el cuarto en Virginia podrán decir que es una decisión de seguridad nacional. En algunos casos han dicho que no hay privilegio de reportero en una corte criminal”, dijo Schulz.

“Le pedirían que hiciera pública toda la información o de lo contrario iría a la cárcel, pero eso no aplica en todos los casos. En Nueva York, por ejemplo, el privilegio de periodista existe aún en contextos criminales”.

“No he seguido el caso muy de cerca, pero si El Chapo es extraditado a Estados Unidos y llevado a juicio, me puedo imaginar que el fiscal quiera información del señor Penn. Muy probablemente (Sean Penn) estará necesitando un abogado”, dijo Schulz.