El triunfo de Macri también sacude al fútbol argentino

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El triunfo de Macri también sacude al fútbol argentino

El líder del frente opositor Cambiemos, Mauricio Macri (c), saluda a seguidores junto a su mujer Juliana Awada (d) y a su hija Antonia (c) en Buenos Aires. Foto EFE
La agenda incluye en primer lugar el futuro del denominado "Fútbol para Todos", el programa gubernamental que transmite en forma gratuita y por televisión abierta los partidos de fútbol de las máximas categorías del país.

La victoria de Mauricio Macri no sólo marca un fuerte giro en la vida política de Argentina, sino que también abre un nuevo escenario en el deporte y particularmente el fútbol, un mundo que no es en absoluto ajeno el presidente electo.

Presidente de Boca Juniors entre 1995 y 2007, Macri irrumpió en la política de la mano del fútbol, la gran pasión de los argentinos y sin dudas uno de las grandes capitales simbólicos del candidato.

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No es casual que unas horas antes de vencer el domingo a Daniel Scioli en la segunda vuelta presidencial, Macri hubiera empezado su día jugando un partido en su finca con diversas personalidades del fútbol, entre ellos el técnico de Boca, Rodolfo Arruabarrena. Además, el sábado jugó al pádel con el ex ídolo "xeneize" Martín Palermo.

La relación entre la política y el deporte, sin embargo, es cualquier cosa menos recreación en Argentina. Será un área sensible del gobierno del todavía alcalde de Buenos Aires, que incluso concitará casi tanta atención pública como lo pueden ser la economía, la salud o la educación.

La agenda incluye en primer lugar el futuro del denominado "Fútbol para Todos", el programa gubernamental que transmite en forma gratuita y por televisión abierta los partidos de fútbol de las máximas categorías del país.

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La decisión del gobierno de Cristina Kirchner de "estatizar" en 2009 la transmisión del fútbol, en manos hasta entonces del Grupo Clarín y Torneos y Competencias, fue en su momento cuestionada por Macri.

El candidato prometió no obstante en la campaña electoral continuar con el programa, que permite a los argentinos ver los partidos de fútbol sin necesidad de pagar un abono. Pero hoy, en la conferencia de prensa posterior a su victoria, eludió dar una respuesta concreta.

Los analistas estiman que el líder de centro-derecha no tomará la impopular medida de dar marcha atrás con el programa, aunque sí se esperan cambios. Sobre todo en lo que respecta al uso abusivo de la propaganda política por parte del actual gobierno durante los transmisiones, así como los elevados costos del convenio con la Asociación del Fútbol (AFA) y su falta de control.

Según estimaciones periodísticas, la AFA percibe anualmente entre 1.400 y 1.700 millones de pesos (entre 150 y 180 millones de dólares al cambio oficial) por la concesión de los derechos al Estado Nacional, pero eso no ha repercutido en una mejora de la situación financiera de los clubes.

"Sigue el Fútbol para Todos, pero sin la política. Me voy a meter en que los costos vuelvan a ser lo que eran", aseguró previo a las elecciones Macri, quien al igual que Scioli prometió el regreso del público visitante a los estadios, una prohibición que rige desde hace tiempo por motivos de seguridad.

Antes de asumir el mando el 10 de diciembre, el presidente electo seguirá también con atención lo que suceda en la AFA. El ente rector del fútbol argentino celebrará una semana antes unas históricas elecciones que podrían marcar un nuevo rumbo tras la muerte el año pasado de Julio Grondona, el hombre que manejó los hilos de la AFA durante tres décadas.

Allí se enfrentarán Marcelo Tinelli, el conductor más popular de la televisión argentina, y Luis Segura, presidente interino de la AFA y un histórico aliado de Grondona.

Macri brindó en un primer momento su apoyo al presentador. Pero la relación se enfrío después de que Tinelli le diera un gran respaldo a su rival Scioli, dándole aire televisivo pocos días antes del cierre de la primera vuelta electoral.

Después de aquel episodio, el presidente de Boca, Daniel Angelici, quien es un hombre muy cercano a Macri, ya dejó en claro que el club "xeneize" apoyará a Segura en la AFA.

Más allá del fútbol, la gestión de Macri también abre interrogantes sobre cómo continuarán las políticas en materia deportiva y olímpica.

El deporte argentino de alta competencia tiene como punta de lanza al Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo), un organismo semi-público creado por ley en 2009 y financiado por el cobro de un impuesto a la telefonía móvil y que es presidido conjuntamente por la Secretaría de Deportes y el Comité Olímpico Argentino (COA).

Según cifras oficiales, entre 2010 y 2014 se invirtieron unos 680 millones de pesos (unos 75 millones de dólares al cambio oficial actual) en becas para 1.588 deportistas, pago de viajes y equipamiento deportivo y distintos programas de desarrollo.

Macri no ofreció mayores detalles sobre su política en la materia, aunque prometió crear otros tres centros de alto rendimiento deportivo en el norte, sur y centro-oeste del país.

Antes de ello, sin embargo, la nueva conducción deportiva deberá dar una respuesta a la advertencia que la Agencia Mundial Antidoping (AMA) hizo a la Argentina por no analizar sus muestras en laboratorios acreditados y no cear una agencia nacional antidoping tal como se había comprometido.

Los Juegos Olímpicos de la Juventud, que tendrán en 2018 su tercera edición en Buenos Aires, serán seguramente otro de los ejes deportivos de Macri, quien hizo del evento en su ciudad una apuesta personal.

Pero más allá de las políticas específicas, su historia futbolística seguramente ocupe un espacio central en su discurso. Así ocurrió al menos hoy, cuando fue consultado si animará al archirrival de Boca, River Plate, en el Mundial de Clubes. "Si salen campeones los voy a recibir como corresponde (en la casa de gobierno), pero no me pidan que hinche por ellos", dijo con una sonrisa el nuevo presidente argentino.