En un año y días más, tendremos que escoger nosotros, los ciudadanos, si así se puede entender, un nuevo Congreso federal en el que debe ser primordial la fuerza de las mayorías de los partidos que no pertenezcan al cada vez más disminuido grupo llamado Morena, con el objeto de desterrar el puñado de los –según ellos– adalides de la nación que han parido una normatividad que se asemeja a líneas torcidas que desembocan con efectos inclinados hacia posiciones izquierdas que, más que ayudar, dañan, como lo hizo Hugo Chávez en Venezuela y que ahora lo hace Maduro, un tipo frívolo e ignorante que lo que debe hacer es volver a su antiguo trabajo de chofer de transporte, dicho con todo respeto para los verdaderos choferes.

Aquí en Coahuila primero debemos estar atentos a la elección del Congreso local, en donde al parecer algunos distritos del PRI están en riesgo, pese a que el presidente estatal de ese partido insista que habrá carro completo, con todo y lo que eso signifique.

Ya en otras ocasiones he comentado que lo que ese partido necesita para ganar es privilegiar la unidad, indispensable para lograr el triunfo, complementado por candidatos que estén identificados con el pueblo, no con el Gobernador, lo cual no debe estar a discusión, pues los ciudadanos han adquirido madurez política en el sentido de que se dan cuenta de la selección que se hace de ellos, es decir, de toda la fauna escogida por la punta superior del sistema triangular.

Por lo tanto, es importante que el PRI llame a la unidad, pero que no lo haga con cencerro, sino demostrando una auténtica autoridad moral, con convicción política común, que no se quede en teoría pura, ajena a la realidad que produzca un alejamiento de una fidedigna democracia, pues pasadas las elecciones al Congreso del Estado, cuya fecha la ha pospuesto la pandemia que nos azota, se deberá planear lo de la elección intermedia, que considero será una fecha que podría ser fatal si no lo sabe manejar el PRI nacional, pues si en esa ocasión logra éxito Morena en el futuro será difícil aniquilarla y quedará aposentada en el poder para nuestra desgracia.

Los poderes fácticos, entre ellos los empresarios que son los dueños del dinero y a quienes odia el Presidente, deben estar cohesionados, ya que si aceptan ese poder omnímodo –que ahora tiene seguro– nos seguirá llevando por el camino de las ocurrencias.

Cualquier partido político que no sea Morena deberá poner todo su empeño, solo o mediante alianzas, con el objeto de desactivar esa organización que llevó al poder a López Obrador, quien ha conducido la nave a tumbos, pues los datos verdaderos, no los que él tiene, nos arrojan a una realidad en el sentido de que vamos por un camino dando traspiés.

Por eso es importante que el PRI –no sabemos si todavía existe el PAN– para las elecciones del próximo año no trate de imponer sin consulta, discusión ni selección previas, una voluntad superior, lo cual significaría desconocer una democracia interna que debe prevalecer en el partido para competir con la seguridad de que los escaños le favorezcan con los candidatos concretos que se propondrán al pueblo, con la certeza de que se votará por ellos, después de luchar en su favor y no dar pie a pensar en una imposición interna.

Todavía se tiene tiempo para retomar un ambiente de confianza, pues el partido que está en el poder en Coahuila ahora mismo es una organización que se ha visto descuidada desde la dirección nacional, conducida por la sombra de un priista que transpira incapacidad y por lo tanto desinterés en las tareas políticas que su partido debe arduamente realizar para ir ganando posiciones que la ciudadanía le había retirado por estructurar gobiernos, de los tres niveles, en algunos casos –por no decir que en todos– se han enriquecido a costa del dinero público, mientras que la población sufre de desventajas que nos han llevado a tener porcentajes de extrema pobreza.

El PRI no ha evidenciado la democracia, por esa razón su militancia ha disminuido en cantidades importantes que lo ha dejado con un cuerpo tan raquítico que ya se dejan escuchar los estertores.

Convenzan a la población gobernando con honestidad y capacidad, no con dinero y dádivas.

Se lo digo EN SERIO

@aguirreperalesf

franciscoaguirreperales@gmail.com