El suicidio que denuncia el Papa

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El suicidio que denuncia el Papa

“Cada año los problemas son más grandes”, afirmó el Papa en la entrevista de prensa en el avión en que regresaba de África a Roma. No se refería a los problemas del terrorismo, ni a los problemas religiosos o espirituales. Se refería al problema del cambio climático que sufre nuestro planeta, el “hogar donde vivimos”. Y añadió unas frases que, por venir de quien vienen, son ajenas de todo interés político o económico; son un grito de alerta que todos debemos de tomar en serio. “Los líderes políticos han hecho muy poco (para resolver efectivamente el problema del cambio climático),…¿ qué clase de mundo vamos a dejar a nuestros niños? –y agregó otra confrontación todavía más fuerte– ¿están seguros de que habrá niños de esta generación?– y luego afirmó de manera contundente– Estamos al límite…al límite del suicidio, para decirlo con una frase fuerte…”.

Sin duda que con estas frases tan alarmantes el Papa profiere un clamor para que los que habitamos en este hogar nos preocupemos seriamente por exigir que los políticos, los líderes de las empresas, los responsables de informar la realidad de los problemas y sus muy graves consecuencias, asuman su responsabilidad de actuar para combatir la contaminación y cultivar la ecología.

Los representantes de la Iglesia Católica están participando en la Cumbre Internacional de la ONU para atender el problema del Cambio Climático en París y su aportación incluye tres demandas: 1. Mitigar y controlar el cambio climático, 2. Erradicar la pobreza y, 3. Promover la dignidad humana. 

Estos tres factores están interconectados y de manera sinérgica contribuyen al problema (y al suicidio humano). No basta atender a uno solo para resolverlo. ¿Por qué? Porque los fundamentos de las soluciones no son de orden meramente económico, político o técnico. Son esenciales de la vida humana y requieren el ejercicio de la solidaridad, la justicia, la igualdad y la participación de todos los humanos.

La solución del problema y el cultivo de una sana ecología humana requiere: la educación e implementación de nuevos modelos sustentables de producción y consumo, lo cual exige nuevas actitudes hacia la naturaleza y hacia los domiciliados en este planeta, y nuevos estilos de vida que incluyan prioritariamente los criterios y comportamientos del cuidado ecológico.

El problema del cambio climático es tremendamente grave, las soluciones son difíciles, complejas, y multimillonarias, incluyen la mente y la conciencia de los inquilinos de este mundo… pero todos debemos de tomar conciencia y asumir nuestra responsabilidad de atenderlo, de otra manera estaremos colaborando con el peor de los pecados: el suicidio que denuncia el Papa.