El sentido común

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El sentido común

El Gobierno Federal ha implementado tres medidas para que “El Chapo” no se vuelva a fugar. La primera está enfocada en el cambio de celda. Eduardo Sánchez, vocero del Gobierno, señaló que ahora el capo es cambiado constantemente de lugar, sin seguir un patrón. Ha dicho que “puede pasar horas o puede pasar días en una misma celda”, incluso han cambiado el piso del penal a una “losa súper armada”. 

Ante esto el abogado de Joaquín Guzmán Loera dio una declaración que roza lo cómico: “Lo que pasó, pasó y no es posible que vuelva a pasar, ya no podría repetirse (una nueva fuga)”. Se olvida que vive en México. 

Ahí la primera medida, la segunda: la celda en donde está (aunque en la primera medida nos hayan dicho que lo cambian constantemente) cuenta con video 24 horas y todos los sectores del cuarto se pueden observar, ya no hay puntos ciegos. 

Como recordaremos, la noche de su fuga, Joaquín Guzmán escapó por la regadera, el único lugar al cual no llegaba el ojo de la cámara de seguridad. Esta vez el detenido no tiene ningún lugar ni momento de privacidad. 

La tercer medida es el acceso al penal. La Comisión Nacional de Seguridad informó que ya existe un riguroso esquema de supervisión y una “actualización de la tecnología en el ingreso del personal que labora, de las visitas y de la misma población penitenciaria”.

Así que: cambio de celda, piso nuevo, no puntos ciegos y tecnología de última generación para el acceso al penal... Cuando lees las nuevas adecuaciones, lo único que entiendes es la razón por la que escapó en julio pasado. No existe una medida extraordinaria (algún collarín, una celda de un material irrompible), algo diferente de lo que cualquiera pensaría que tendría el lugar más seguro de México y justo eso es lo que llama la atención: con las “nuevas” medidas para evitar su fuga hemos descubierto que el sistema penitenciario y el Gobierno mexicano por fin tiene sentido común. 

Es increíble que hace seis meses el gobierno de Enrique Peña Nieto haya tenido al enemigo público número uno del País en una sola celda, sin piso de “losa súper armada”, sin control ni la tecnología para ingresar al altiplano, y en una celda con puntos ciegos. En realidad, en este momento, el Gobierno mexicano no está desplegando una labor de inteligencia sin precedentes, sólo cumple obviedades para mantener encerrado a Joaquín Guzmán Loera. 

En aquella histórica entrevista de León Krauze al presidente Enrique Peña Nieto después de la captura del “Chapo” al inicio de 2014,  el periodista le decía que 70 por ciento de los mexicanos creían en la posibilidad de que “El Chapo” se fugara de nuevo. En aquél entonces el Presidente dijo que sería “imperdonable”. Hoy sería interesante conocer cuántos siguen pensando que se va a volver a fugar. Yo contestaría que existe la posibilidad, me incluiría en apostar a una tercera fuga, al fin tiene los planos de la cárcel y seis meses después aún el Gobierno Federal ha sido incapaz de poner tras las rejas a los funcionarios comprados para su fuga el año pasado, por increíble que suene es una moneda al aire. Lo obvio, lo evidente, el sentido común escapa a nuestras autoridades.