El secuestro de un partido
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El secuestro de un partido
¿En qué momento podemos decir se ha secuestrado a un partido político?
Calentando el ambiente electoral, un Diputado Federal emanado de las filas del PRI recién renunció a sus 40 años de militancia. El contexto es anunciado por muchos: en la selección del próximo candidato a la gubernatura, los dados estarían más que cargados a favor del Presidente Municipal (con licencia) de Torreón.
En rueda de prensa, el Diputado Federal desertor anunció: “Quienes hemos militado en él (PRI), vemos con desazón que el cacicazgo de unos pocos ha desnaturalizado al partido en el que muchos coahuilenses confiaron” (VANGUARDIA, diciembre 14 de 2016).
Más aún, afirmó: “Hace meses, sino es que años, el Gobernador decidió imponer candidato poniendo al servicio de ese propósito recursos de carácter económico y político de toda índole, lo que configura en los hechos un fenómeno de simulación irreversible” (VANGUARDIA, nota ya señalada). En otras palabras, según considera, el partido está secuestrado por unos pocos, caciques les llama.
El PRI Coahuila respondió. Declaró, vía boletín, que lamentaba “la decisión… de renunciar a su militancia en ese partido quien ha sido apoyado por el instituto político que hoy abandona con candidaturas a cargos de elección popular”. El Secretario de Acción Electoral del Comité Estatal agregaría que “el legislador ha sido candidato a múltiples puestos por el PRI en circunstancias de las que ahora reniega” (VANGUARDIA, diciembre 14 de 2016).
Las reacciones dependen, según veo, si la atención se centra en la persona que renunció o en el hecho por sí mismo.
Sobre la persona. Al reproche del partido, eso de que sólo cuando no le beneficia la decisión reniega de su partido, hay quienes defienden la posición recordando la historia personal del aspirante. No fue ningún favor, dicen; su posición la ha ganado con trabajo y escalando por las buenas. Los demás lo ven como simple traidor.
Pero ¿y si nos fijamos en el hecho por sí mismo? ¿Cuándo se secuestra a un partido?
Que unos pocos decidan sobre muchos, es una situación que se presenta en todos lados. Que un grupo se consolide como el que pone y quita, también. ¿Es esto el secuestro de un partido político? Sin duda que los que ponen y disponen en el PRI Coahuila hacen mucho para que sólo sus lealtades sean los agraciados. Pero ¿es esto nuevo?
De lo dicho, algo llama la atención. En rueda de prensa se señaló el uso de recursos económicos y políticos desde hace años a favor de una persona.
Aquí sí, el asunto está pantanoso. Sobre esto mucho se ha señalado, sugerido o supuesto. Pero ¿será que el ahora expriísta tiene elementos probatorios de este dicho? Si no los tiene (o si teniéndolos, no los proporciona), su renuncia es como pólvora en infiernitos.
Inconformes porque no les permitieron alguna candidatura, habrá muchos; pero no todos renuncian. Muchos ofendidos habrá, pero poco hacen para cambiar lo que ven y dicen sufrir. ¿Cierto?
Mientras tanto, algunas preguntas sobre el particular: ¿será que la reciente salida del aspirante a la gubernatura se llevará una buena porción del voto duro del PRI Laguna?
¿Se verá una desbandada o, de perdido, algunos pronunciamientos importantes refrendando aquello del secuestro del partido? ¿Será que este aspirante se agotará como los otros?
¿O será que sólo contará con algo del voto que, ya de por sí, no comulgaba con el PRI… afectando, con esto, las probabilidades de candidatos de oposición?
Las piezas apenas se acomodan.
@victorspena