Ante el repunte de casos en esta contingencia sanitaria, los empresarios del todavía no recuperado sector servicios empiezan a tener serias preocupaciones sobre lo que puede pasar en las siguientes semanas. El segundo trimestre de este año parecía que daría una recuperación importante al sector. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, reportó con cifras desestacionalizadas que durante marzo de este 2021 los ingresos totales reales por suministro de bienes y servicios de los servicios privados no financieros, disminuyeron 5.6% a tasa anual, el personal ocupado también tuvo una reducción de 8.4% y para cerrar, el sector en términos de las remuneraciones totales cayó 5.3% en su comparación anualizada al tercer mes del año. Resultados poco alentadores, pero eso no es lo peor, sino lo que está por venir. El futuro tiene varios problemas que tendrán que resolverse pronto.

El primero de los retos será volver a lidiar con cierres parciales de la economía de aquí a diciembre. Las nuevas cepas del virus, como la delta, amenazan con volver a millones de mexicanos al confinamiento total. En este momento, los estados de Yucatán, Campeche y Tabasco, por citar algunos, ya están en semáforo naranja ante un repunte acelerado de casos y han restringido “violentamente” las actividades económicas. Hoteles y restaurantes volvieron a horarios especiales y ocupaciones del 50%, si quieren mantener abiertos sus establecimientos. Se calcula que esta nueva ola de cierres podría llevar a la quiebra cuando menos a otros 200 mil restauranteros y 10 mil pequeños hoteles que con créditos habían podido sortear el 2020. La ciudad de México tuvo en enero un cierre parcial por dos semanas con pérdidas millonarias en cierres de empresas y pérdidas de empleos que golpearon a la economía nacional cuando menos en un 0.15% del PIB.

El segundo reto será poder mantener a flote a los negocios pequeños que son más susceptibles de quebrar. Si algo ha enseñado esta pandemia es que el tamaño del negocio sí importa. Las unidades económicas mayores a 5 empleados tuvieron 3 veces más oportunidades de sobrevivencia, que sus contrapartes más pequeñas. Además, financieramente, el 30% aproximadamente de los negocios con menos de cinco empleados tuvieron que recurrir a préstamos para poder seguir adelante con sus operaciones. Esto es, si hay cierres de empresas por esta nueva ola, tendrá como daño colateral la pérdida de recursos financieros por incapacidad de pago, aumentando la tasa de riesgo financiero, lo que indirectamente incidirá en un aumento de las tasas de interés para todos.

Otro reto del sector será poder lidiar con su reconstrucción incipiente, pues en estos seis meses del año apenas estaba tomando forma una especie de rediseño del sector. Por ejemplo, los hoteles aprendieron a no tener personal para hacer el check-in, utilizando desde sistemas de cómputo muy sencillos y hasta inteligencia artificial. De acuerdo a computer technology, una revista de tecnología empresarial, el sector hotelero en México y América Latina redujo personal en 12%, pero el número de negocios que empezaron a utilizar automatización de check-in fue de un 20%, parcial o totalmente.

La tecnología será un factor que contribuya al desempleo en un sector que tradicionalmente es de alto empleo. Los restaurantes son los empleadores número uno a nivel nacional, por ejemplo. Tienen cocineros, meseros, garroteros y todo un sin fin de empleados dedicados a atender a los comensales, pero son los primeros en sufrir restricciones que con toda seguridad no han sido estudiadas. Ya hay en Campeche, por citar un caso, restricciones al día de hoy de que los restaurantes tienen que estar al 35% de ocupación como máximo, lo que hace que sea inviable abrir el lugar, no se alcanzan a cubrir los gastos con este nivel de comensales. Los porcentajes establecidos de ocupación parecen más bien ocurrencias de los gobiernos que realmente algo analizado para poder determinar la viabilidad de los negocios a la vez que se cuida la salud de los comensales.

Otros subsectores de servicios, como el educativo, ya están en problemas también. Ante la actual situación, los colegios en algunos estados del país han tenido que volver a cerrar ya para terminar el año escolar, dejando la incógnita si habrá clases presenciales en agosto. Ni que decir de bares, gimnasios, teatros y cines que están en problemas de nuevo. La mala noticia es que el ritmo de vacunación cayó un 50% después de las elecciones, y esta última semana todavía disminuyó más, hasta un tercio de lo que se tenía antes del 6 de junio. De seguir así, los problemas van a crecer como le paso a Chile, a pesar a tener al 50% de la población ya protegida, los contagios crecieron más que cuando la población no estaba vacunada. La aviación, aunque había aumentado más de un 20% en los tres primeros meses del año, está volviendo a disminuir su ocupación ante el repunte del virus, al igual que el transporte terrestre.

El verano dará un respiro a los contagios porque el coronavirus no resiste el calor, sobre todo en los estados con mayores temperaturas. Sin embargo, esos estados son los que tradicionalmente tienen más turismo, pero son los que en este momento tienen mayores índices de contagio. Tendrán que esperar para reactivar la economía local. Viene el retorno del virus recargado en sus diferentes variantes que no habían llegado a México. Sera una de las limitantes del crecimiento para este segundo semestre y pondrá a prueba la paciencia y sobre todo, la estrategia empresarial del sector servicios nacional.