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El sector automotriz busca reiniciar labores en Estados Unidos
WASHINGTON, DC.- El sector del automóvil en Norteamérica está acelerando los preparativos para el reinicio de sus fábricas en la región aprovechando la impaciencia de Donald Trump, por reabrir la economía de su país paralizada a causa del COVID-19.
El pasado jueves, Trump anunció la hoja de ruta para reiniciar la economía de EU tras haber “pasado el pico de nuevos casos”, según declaró, a pesar de las dudas de muchos especialistas sobre el supuesto aplanamiento de la curva y que algunos de sus asesores han señalado que una reapertura prematura puede ser contraproducente en el medio plazo.
Pero con más de 20 millones de estadounidenses solicitando el seguro de desempleo en las últimas semanas, Trump tiene prisa por reiniciar la actividad en un año electoral en el que, hasta antes del brote del coronavirus SARS-CoV-2, su principal ventaja para ganar la reelección era la economía.
Trump ha incluido en su grupo de líderes industriales que le están asesorando en la reapertura económica a los dirigentes de General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler (FCA), con los que conversó telefónicamente el pasado miércoles.
Los tres han tenido que retrasar la reapertura de sus fábricas en Norteamérica, previsto inicialmente para finales de marzo, ante la rápida propagación del COVID-19 en Estados Unidos, Canadá y México, pero ahora están acelerando los planes para la vuelta al trabajo a las plantas de producción.
TRES PRINCIPALES FABRCIANTES
Los tres principales fabricantes estadounidenses quieren reiniciar de forma progresiva su producción. En concreto, FCA planea que la planta de Saltillo (México), en la que produce furgonetas de la marca Ram para Norteamérica vuelva a la actividad en los próximos días.
Mientras, otras plantas de FCA en Estados Unidos y Canadá estarían preparándose para empezar de nuevo la producción en la primera mitad de mayo.
Por su parte, GM y Ford todavía no han indicado en qué fechas podrían reiniciar la producción en Norteamérica, pero fuentes del sector señalaron que los dos fabricantes están ultimando sus planes ante las diferentes condiciones creadas en Estados Unidos, Canadá y México por el COVID-19.
Para estos fabricantes, la coordinación de sus plantas es básica, ya que los vehículos son montados con partes procedentes de los tres países por lo que si uno de ellos no autoriza la vuelta al trabajo de sus empleados, la producción en los otros quedaría afectada.