‘El Sarape de Saltillo’: la tienda de artesanías celebra un siglo de identidad

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‘El Sarape de Saltillo’: la tienda de artesanías celebra un siglo de identidad

Alegrías. En el siglo que cumple la tienda la han visitado papas, presidentes y turistas de todo el mundo. Foto: Cortesía
El negocio fue comprado por un español en 1918; este año celebra su siglo de vida con ya tres generaciones frente al mostrador

La tienda de artesanías, El Sarape de Saltillo se encuentra de celebración, cumple un siglo durante este 2018, han pasado ya cien años desde que el negocio fue comprado a unos españoles y desde entonces, son ya tres generaciones que han estado al frente del negocio.

Actualmente está a cargo de Pablo Esteban Mendoza Oyarzábal, quien reconoce que llegar a los cien años fue un reto, un orgullo y una alegría porque el negocio ha pasado por muchas etapas difíciles por la situación económica que en ese tiempo enfrentaba el país.

Sin embargo, ese siglo ha estado también acompañado por muchas alegrías porque gente en todo el mundo ha llegado a tener un sarape en su casa o en su palacio, desde presidentes, papas y artistas a nivel mundial, eso enaltece que todavía se pueda mantener el nombre y se tenga el orgullo de que todavía se fabrica este producto en México.

Fue precisamente en 1918 cuando se entrelazó la historia de esta familia con la producción de sarapes, en ese tiempo, una familia de apellidos Sánchez Muslera tenía una fábrica y tienda de cobijas, sarapes y tapetes, pero había terminado la 1ª Guerra Mundial y les urgía regresar con sus familiares a España.

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Pablo Mendoza destacó que el sarape llena de orgullo a México.

De entrada este negocio se lo ofrecieron a un español vasco asentado en la ciudad, como era Francisco Oyarzábal, quien estaba casado con Dolores González la cual decidió hacerse cargo del negocio de sarapes.

 LA FÁBRICA TENÍA 50 EMPLEADOS

Mendoza Oyarzábal comenta que 17 años era la diferencia de edades entre sus abuelos y cuando él fallece, la fábrica y la tienda ayudaron a sacar adelante no solo a su familia, sino a 50 más que dependían de este negocio.

Aniversario. En 1918 el establecimiento fue vendido por españoles. Foto: Archivo

TRABAJAR CON RUBÉN HERRERA

Su madre, Ana María Oyarzábal en ese tiempo empezó a estudiar pintura con el maestro, Rubén Herrera, era el año de 1921, él venía llegando de París y Roma, y en Saltillo puso una escuela en el Paraninfo; un día su madre le preguntó cómo podía plasmar los amaneceres y atardeceres de la ciudad en los sarapes y su respuesta fue difuminando y para lograrlo combinaba ocho colores.

El sarape dijo es un icono que representa a la ciudad y de hecho, cuando se nombra Saltillo inmediatamente se le relacionada con ella, independientemente de que hoy existan también otros productos característicos de la ciudad.

Finalmente comentó que cuando el negocio lo compró su abuela, había 5 ó 7 fábricas importantes de sarapes, sin embargo, entre los 90´s y el año 2000 cerraron, una de las que quedaba fue La Favorita de Cobija que hoy es la Escuela del Sarape, por lo que hoy son de los últimos que quedan.