El santo patrono: ¿Santo Cristo o Santiago? (2)
Usted está aquí
El santo patrono: ¿Santo Cristo o Santiago? (2)
Decíamos la semana pasada que al Santo Cristo de la Capilla se le ha dado la categoría de santo patrono de Saltillo, pero en realidad el patrono es el apóstol Santiago. También decíamos que Santiago llegó con los conquistadores españoles que fundaron la villa y le dieron el nombre de Santiago del Saltillo en 1577 o antes, pues no se sabe con toda certeza la fecha de la fundación. Por otra parte, el Santo Cristo llegó unas tres décadas después.
La leyenda, común a otras localidades con Cristos semejantes, decía que la imagen llegó a lomo de una mula solitaria, sin dueño y sin rienda, que caminaba por las calles de la ciudad directamente a la Plaza de Armas, en donde se echó un día 6 de agosto de 1608. Una vez sacada la imagen de la caja, la mula desapareció. La historia antigua nos contaba que la imagen había venido de Europa en las flotas marítimas de Castilla llegadas a Veracruz, y que desde Xalapa la trajo Santos Rojo, vecino y comerciante de Santiago del Saltillo. Desde hace pocos años se sabe que la imagen del Santo Cristo no es europea, pero sí americana, probablemente fabricada en Guatemala, donde había artesanos de maravillosas manos cuya imaginería de pasta de caña de maíz fue y sigue siendo muy apreciada.
Lo cierto es que Santos Rojo colocó la imagen del Santo Cristo en el altar de las Ánimas en una pequeña capilla que él había mandado construir en el crucero del lado del Evangelio en la humilde iglesia parroquial. De esta manera, los habitantes del Saltillo empezaron a orar ante aquel Cristo y a pedirle favores. Y el Santo Cristo empezó a conceder peticiones y a hacer milagros. La voz se corría y cada día aumentaba el número de fieles que visitaban al Santo Cristo, conocido desde entonces como el Señor de la Capilla, y crecían sus milagros y la devoción por la santa imagen.
Tal fue el fervor, que un día los saltillenses decidieron hacerle su propia casa. Justo al lado del templo donde se encontraba la imagen, se inició la construcción de una capilla de bóveda que se terminó en 1762. Doña Josefa Báez Treviño y los mineros de “La Iguana”, una rica mina situada en el Nuevo Reino de León, donaron toda la plata extraída los sábados para la construcción de su capilla. Las joyas donadas por los saltillenses y las barras de oro y plata de doña Josefa le dieron una sonoridad única a las campanas de su torre. La imagen de la primera iglesia parroquial de Santiago no se conoce, pero la ciencia de los artesanos constructores le dio a la capilla un estilo muy diferente del que posteriormente se le daría al edificio del templo que hoy es la Catedral de Santiago, iniciado en 1745. Sin importar la diferencia de estilos, la fachada plateresca y el campanario mudéjar de la Capilla del Santo Cristo quedaron para siempre unidos a los barrocos y churriguerescos de la Catedral en un conjunto armonioso y estético.
Los fieles del Santo Cristo, venidos de todas partes, le dedican fervorosas novenas, ayunos y promesas a cambio de la esperanza de solución a sus penas y tribulaciones. Sus milagros, conocidos y reconocidos en toda la región, se cuentan por cientos de miles en piececitas de oro y plata llamados exvotos, representando miembros del cuerpo, especialmente corazones, y son entregados por sus fieles devotos en reconocimiento por haberles concedido sus peticiones. Los exvotos se convierten en mudos testigos de los muchos favores que el Santo Cristo concedió, y adornan los muros de su Capilla dispuestos en monogramas en lo alto y a los lados de su altar. Este Cristo milagroso no es el patrono de la ciudad pero, como si lo fuera, comparte el patronazgo con Santiago Apóstol, el verdadero patrono, y su devoción es de tan largo alcance que se ha transmitido ya a través de las generaciones saltillenses por más de cuatro siglos.