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El 'Rey' LeBron está más solo que nunca
OAKLAND - Después de dos encuentros y una serie que está cuesta arriba, LeBron James pone cara de póker, esconde sus ojos tras las gafas de sol y se macha por la puerta de atrás. Ya son siete los partidos consecutivos que ha visto como su equipo no es capaz de robarle una victoria a Golden State Warriors. La situación es especialmente crítica en la actualidad, ya que los actuales campeones están a dos partidos de aguarle la fiesta a Cleveland Cavaliers por segundo año al hilo. Nada de esto formó parte de los planes del 'Rey', quien imaginó un retorno a casa más placentero.
La idea de formar equipo con Kevin Love y Kyrie Irving resultó de lo más atractiva para acercar el campeonato a una ciudad que lleva 52 años de sequía. Una mezcla prometedora de juventud y veteranía, velocidad, creatividad, y el siempre dominio de un LeBron incuestionable, parecían suficientes para soñar con el anillo. Sin embargo, lejos de cumplir el objetivo, y con un plantel contra las cuerdas, el alero se siente y está más solo que nunca. Aquella época dorada de Miami Heat y el 'Big Three' que le dio dos anillos en 2012 y 2013 no tiene visos de repetirse. Las seis Finales consecutivas y siete en total que ha disputado James se quedan cortas cuando se tiene en cuenta que hasta el momento se quedó con la miel en los labios en cuatro ocasiones. Mucho tienen que cambiar las cosas para que no sean cinco.
"No estoy decepcionado o frustrado con los chicos. Tan solo debemos hacer un mejor trabajo. Debemos ser mejores en todas las facetas del juego tanto en ataque como en defensa. También física y mentalmente. Nos ganaron en todo. No hemos ganado en nada, incluso cuando tuvimos una ventaja tempranera nos ganaron en los balones al 50.50, tuvieron posesiones de más, anotaron más balones en el aro. No ganaron en todo", afirmó el dos veces ganador del premio al Jugador Más Valioso de la temporada regular.
LeBron está solo, más todavía que el año pasado, cuando Irving y Love no pudieron disputar las Finales por sendas lesiones en la rodilla y en el hombro respectivamente. Con ambos jugadores sanos durante gran parte de los dos primeros encuentros de la serie (Love se retiró en el tercer periodo del Juego 2 tras recibir un codazo de Harrison Barnes que le obligó a pasar por el protocolo de concusiones de la NBA), los Cavaliers no han sido capaces de mostrar una mejor cara que la de la campaña pasada. Ni Love está siendo capaz de continuar con su racha anotadora desde el perímetro, ni Irving está teniendo la soltura necesaria en ataque.
El ala-pívot llegó a la cita tras lograr 31 triples sin marca durante la postemporada, apartado en el que ingresó en las Finales empatado con Klay Thompson como el máximo de la NBA. Su balance de 59.6 por ciento de triples sin contestar se antojaba como una garantía para al menos presenciar una batalla pareja en el perímetro entre los dos equipo que mejor lanzan de larga distancia. No parecía difícil superar el 33.3 por ciento de acierto que los Cavaliers registraron en este sentido en las Finales de 2015. Hasta el momento no está sucediendo. Los finalistas acumulan un total de 12-de-44 desde el perímetro, un 27.7 por ciento, y Love tan solo fue capaz de anotar 3-de-9 en 59 minutos de juego. Junto a Channing Frye, su capacidad como hombre grande para abrir el juego debía haberle dado opciones interesantes a su equipo después de que Tristan Thompson, Timofey Mozgov y Kendrick Perkins fueran incapaces el año pasado (0-de-3).
"Debemos regresar a ver los vídeos y encontrar la manera y los caminos para que el equipo sea más efectivo. Es difícil para mí el señalar qué es lo que no está funcionando. Obviamente no muchas cosas están funcionando, especialmente ofensivamente. Defensivamente tenemos algunos buenos momentos, y otras veces lucimos como si estuviéramos un paso más lentos. Lo hicimos mal en las coberturas No regresamos o estamos un paso atrás de donde debiéramos. Tenemos que estar más cerca de los jugadores. Cuando estás detrás de ellos, pagas caro cada momento", argumentó LeBron. "no podemos tener tantos lapsus mentales. Tiene mucho que ver con la mentalidad".
El caso de Irving también es particular. Venía de dominar en las penetraciones en las tres series anteriores de estos playoffs. El número de internadas a canasta había sido hasta el momento comparable con las de LeBron. Durante estas Finales, la férrea defensa de los Warriors tiene sellada la pintura para el armador. De los 12-de-36 intentos en tiros de campo (cifra sorprendentemente insuficiente) ocho anotaciones llegaron directamente a través de algún pase. En cambio, 27 de esos 36 intentos llegaron sin ayuda de asistencias. A Irving le está costando crear sus propias oportunidades, no está cómodo y eso está afectando demasiado el juego de los Cavs. Esa dificultad queda plasmada en un balance de 7-de-30 en los dos primeros partidos cuando él mismo guisa su propio puchero (3-de-11 en el Juego 2). Su frustración se hace más notoria si cabe ante su incapacidad para repartir el juego a sus compañeros. Sus tres intentos de asistencia durante el segundo partido dieron pie a una sola canasta de Cleveland.
Ante esta tesitura, LeBron trata de buscar la manera de echarse el equipo a las espaldas, una ardua tarea cuando Andre Iguodala le limita de manera magistral con la ayuda momentánea de Draymond Green. La soledad de James va en aumento y sus actuaciones no están siendo suficientes para salvar a su equipo. El hombre orquesta anotó o asistió en casi la mitad de los puntos de las Finales (49 por ciento). Está aguantando más carga durante la última serie que en la temporada regular (39 por ciento) y las tres eliminatorias anteriores (40 por ciento). La creatividad limitada de sus compañeros le están llevando a tomar la iniciativa en varias facetas del juego, el solo contó con 31 oportunidades de asistencia en los dos primeros juegos. El resto de sus compañeros no superaron las 32.
"No estaré reflexionando en los dos próximos días. Encontraré la manera en las que pueda ser mejor. Comenzaré desde que me vaya de este pódium. Probablemente iré a la habitación y veré el partido, y estudiaré dónde pude ser mejor. Tuve demasiadas pérdidas poco comunes y eso resultó en que ellos lograran 26 puntos. Soy de esos jugadores que quieren asumir la culpa. Es como soy y tengo que ser mejor", explicó.
El 'Rey' está sufriendo y su corona está perdiendo brillo. Entre la presión defensiva de los Warriors y la excesiva responsabilidad que recae sobre sus espaldas, LeBron ha tenido momentos en el que ha tomado decisiones incorrectas en el trato del esférico. Sus 11 pérdidas de balón combinadas (de las 35 que acumulan los Cavaliers) y la diferencia de -29 que ha sumado en los 75 minutos que ha estado en la duela reflejan a un James que no está pasando por su mejor momento. Sus compañeros tampoco, ni Love, ni Irving, ni siquiera los jugadores secundarios. Hasta el momento los Warriors están ganando en todos los aspectos del juego e incluso sin Stephen Curry o Thompson al cien por cien están siendo capaces de tirar de grupo y haber defendido la ventaja de campo.
"Tuve muchos problemas esta noche personalmente", confesó James tras el encuentro. "Perdí muchos balones. Como dije tras el primer partido, no podemos perder tantos balones con un gran equipo y esperar ganar. Tengo que mejorar. Tengo que ser mejor con el balón, Tengo que crear para mí y para mis compañeros al mismo tiempo. He de ser más sólido", argumentó.
La asunción de la culpa es la obligación de los jugadores estrella y de los coaches. Tyronn Lue no ha encontrado la manera de superar las estrategias de Steve Kerr, al igual en que LeBron no está todo lo cómodo que quisiera. Está campando por su cuenta, sin la ayuda de otros jugadores que deberían ser mucho más determinantes. Las nubes oscurecen el panorama de los Cavaliers, sin embargo tras las críticas, hay un haz de esperanza en el líder del equipo.
"Lo que hemos hecho en los dos partidos no nubla el cómo llegamos hasta este punto. Aún estamos aquí y tenemos la oportunidad de darle la vuelta a la serie si somos capaces de hacer lo que debemos tanto en defensa como en ataque. No estoy preocupado por cómo sean las conversaciones, internamente estamos obligados a ver cómo podemos ser mejores, cómo nos podemos ayudar entre nosotros y cómo hacer que más jugadores estén involucrados. Los coaches nos darán un plan de juego y está en nosotros la capacidad de saber ejecutarlo", esgrimió.