NUEVA YORK.- Josh Allen creció en Firebaugh, California, un pueblo con dos semáforos y 7 mil 500 residentes en medio de una región de granjas. Finalizó su carrea colegial en Wyoming, así que, sí, podría ser un choque cultural si es reclutado por los Jets.

Allen dijo que apreciaría la oportunidad de ser elegido para jugar en Gotham y rescatar a los Jets del purgatorio de quarterbacks.

“Absolutamente”, dijo. “Están a unas cuantas piezas de ganar muchos partidos de fútbol americano. Realmente disfruté al grupo de entrenadores y creo que sería un muy buen acomodo. Pienso que tienen algunas armas a la ofensiva y tienen una defensiva realmente joven que está lista para ganar ahora”.

Los Jets poseen la tercera selección global del draft. Algunos proyectan a Allen para irse primero global a los Browns. Si eso no sucede, probablemente estará disponible para los Jets, quienes han hecho una cantidad extraordinaria de investigación en torno a Allen. De hecho, fueron el único equipo que viajó a Laramie, Wyoming, para una audiencia privada.

Para el registro, los Jets también condujeron sesiones privadas con Baker Mayfield de Oklahoma y Josh Rosen de UCLA. No celebraron sesión privada con Sam Darnold de USC. Los cuatro pasadores visitaron las instalaciones de los Jets.

“Primero me pasaron a la pizarra”, recordó Allen de su reunión con los Jets. “Me dieron una rápida lección de su ofensiva y cómo se conducen, luego me pasaron a la pizarra y lo regurgité de regreso. Hablé de algunas de mis jugadas y lo que hacíamos en Wyoming. Luego salimos al campo y lanzamos muchos balones. Ellos sacaron a muchos agentes libres y yo ejecuté todos los lanzamientos, así que no existe duda por ello”.

Los Jets no habían acabado con Allen. Lo llevaron a sus instalaciones para una visita previa al draft, y se reunió con el head coach Todd Bowles y el coordinador ofensivo Jeremy Bates por segunda ocasión. También pudo conocer a algunos coaches de la defensiva y tuvo una junta con el CEO, Christopher Johnson.