El Quijote I, 22
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El Quijote I, 22
Don Quijote encuentra en el camino una cadena de galeotes. Son éstos delincuentes sentenciados, a quienes en pena por sus delitos llevan a bogar, es decir, a remar, a las galeras del rey.
El caballero andante quiere “saber de cada uno de ellos en particular la causa de su desgracia” y pide a sus custodios licencia para interrogarlos.
El segundo al que pregunta no responde palabra, porque iba triste y melancólico. Pero otro dijo por él que lo llevan “por canario, digo, por músico y cantor”. Sorprendido, pregunta don Quijote: “¿Por músicos y cantores van también a galeras?”.
“- Sí, señor –respondió el [otro] galeote, que no hay peor cosa que cantar en el ansia”.
“- Antes he oído decir –dijo don Quijote–, que QUIEN CANTA SUS MALES ESPANTA”.
“- Acá es al revés –dijo el galeote–, que quien canta una vez, llora toda la vida”.
Don Quijote dice no entender y uno de los guardias le explica que “cantar en el ansia se dice entre esta gente non santa confesar en el tormento”.
En tiempos de Cervantes este refrán también solía decirse así: “Quien ríe y canta sus males espanta”.
Excelente bálsamo, magnífico remedio para las tristezas y sinsabores de la vida es cantar. Aunque a veces también de dolor se canta; pero el alma se tranquiliza.
@jagarciavilla