El Purgatorio (a propósito del Día de Muertos)
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El Purgatorio (a propósito del Día de Muertos)
Ante la perspectiva de la eternidad, la vida es tan sólo un abrir y cerrar de ojos.
Pasamos por el mundo como un vapor, el olvido rápido es el destino que nos espera al final.
Hay quien nada más se acuerda de sus difuntos el Día de Muertos. El origen del Día de Todos los Santos es recordar a los olvidados, los que no tienen su día de santo en el calendario. Dicen que lo único que nos llevamos al morir es la memoria.
Se cree que cuando morimos Dios evocará a nuestra memoria toda la vida anterior, como si fuera una película en cámara rápida, ahí aparecerá cada detalle, acciones, palabras, pensamientos y omisiones.
“No hay discusión, en un instante, con la ayuda de la luz divina, el alma descubre su verdad y la acepta. El alma se conoce a sí misma y conoce lo que merece”.
La película “Coco” de Disney Pixar, hace un homenaje a la tradición cultural mexicana de recordar a sus difuntos. La película plantea que ellos viven en el mundo de los muertos mientras alguien los recuerde en la tierra. Cuando todos en la tierra se olvidan de un fallecido, éste vuelve a morir de forma definitiva.
La fe cristiana cree que quien muere sin perfecta pureza de alma debe pasar por el Purgatorio. Ahí se purifica antes de su encuentro con Dios.
María Simma fue una religiosa y mística católica, conocida por su don de recibir la visita de las almas del Purgatorio. Ella afirma que el Purgatorio es un tiempo de espera en el que las almas ansían llegar a Dios, y ese es su mayor sufrimiento.
¡Dios no las pone allí! Las almas se juzgan y luego se asignan ellas mismas el nivel apropiado, de los tres que hay. Son las personas quienes desean purificarse antes de reunirse con Dios. Se cree que uno puede ayudar a salir de ese lugar a esas almas mediante la oración y ofrecer sacrificios. Que esas almas agradecidas luego nos ayudan.
Ningún alma desea regresar aquí a la tierra porque tienen una noción de Dios mucho más clara que la nuestra. No quieren volver a la oscuridad en la que vivimos nosotros.
El tiempo que pasan en la aduana del Purgatorio varía: “Algunas están simplemente media hora y otras, el resto del tiempo, hasta el último día. El promedio, dicen las almas, es de 40 años”.
Simma dice: “Las almas no vienen a mí, o a nosotros, del Purgatorio, sino que vienen con el Purgatorio. No se trata de un lugar sino de muchos lugares distintos; no su trata de un estado, sino de distintos estados. De sus encuentros con “almas elegidas” comenta que tienen permiso para hacerse presentes con la forma humana, con la edad que tenían al morir. También pueden acceder a conversar con algunos humanos.
Simma les preguntaba ¿Qué necesitas de mí? La mayoría de las animas le pide diferentes cantidades de misas “para ser liberado”. Cuando viene por la noche, reconozco inmediatamente a un alma del Purgatorio por su luz. Tienen la misma luz que si fuera de día. No irradian nada de luz, por lo que todo alrededor permanece oscuro, pero ellas mismas tienen luz y, por supuesto, las reconozco inmediatamente como benditas ánimas del Purgatorio”.
Que las almas de los difuntos nos visitan no es un dogma de fe. Yo sí creo que existen almas en tránsito. Aunque no las he visto, hay familiares que me han contado cómo se les han aparecido nuestros antepasados difuntos. Sé que hay personas, incluso en la fe católica, que no creen en esto.
Yo haré como la apuesta de Pascal: Si gano, lo gano todo, si pierdo seria poquito o nada. Por si las dudas pondré en mi testamento un dinerito para pagar unas misas que se digan por mí. No vaya a ser que caiga en el Purgatorio.