Los tiempos políticos para la conformación del Congreso doméstico de hecho ya iniciaron por parte del Partido Revolucionario Institucional, al escoger a los presidentes de los comités municipales en el Estado, cuya tarea será rescatar las curules que están en manos de otros partidos políticos. Este 2019 lo preside un panista y el próximo año será uno de Morena. Así que los tiempos venideros podrán ser difíciles para el PRI y por lo tanto para el gobierno coahuilense.

En esa palestra será importantísimo el cabildeo que haga el Secretario de Gobierno con las fuerzas políticas existentes y demostrar que sabe tejer fino apartando su posición hierática y defendiendo el equipo para el que juega.

Si el Congreso se pierde, la gubernatura puede estar en peligro, sobre todo en esta época en que Morena está disponiendo y poniendo las reglas del juego. 

El trabajo será arduo, pues se trata de presentar ante los votantes a unos candidatos que deben estar identificados con las mayorías, ya que en la actual legislatura la votación mayoritaria prefirió cambiar de partido dándole un revés al PRI que cayó en la desconfianza.

El PRI en los últimos años se volvió un ente dirigido que ha actuado con parsimonia que refleja una atonía que desespera, ingrediente que lo ha afectado, agregando que algunos de sus miembros instalados en niveles de gobierno se han visto envueltos en actos de corrupción.

Esa forma caprichosa, rígida como se manipuló al partido, fue similar a como manejó al gobierno estatal, y que acumulando inconformidades de miembros que han trabajado durante años, hizo que lo llevara al traste.

El periodo de gestación ya empezó con la designación de los presidentes de los comités municipales, con el fin de ir planeando los trabajos mediante la elaboración de una arquitectura cuyos cimientos  soporten una construcción fuerte que catapulte a los que jugarán por una curul.

Para llegar a ese logro es imprescindible que en el partido exista unidad y resguardarla para la contienda, pues de esa forma se adquiere valor político que es lo que le debe dar vida al PRI, ya que sin ese valor los ideales no serían viables.

Para que exista esa unidad partidista se requiere de convicciones políticas comunes, como lo diría Genaro Borrego expresidente nacional del partido, lo cual es el fundamento de esa unidad que debe ser el resultado de una cohesión de todos sus miembros, con el objeto de seleccionar democráticamente el candidato concreto que se propondrá al pueblo y luchar en su favor, nada más que si se insiste en la unidad partidista antes de que el partido seleccione al candidato, da pie a pensar en una imposición interna.

El credo político debe ser base de esa unidad partidista, difundiendo a sus agremiados los principios que lo sustentan, manteniéndose en un ambiente de confianza y además con capacitación política y divulgación ideológica sin demagogia, y lo más importante auscultando la voluntad popular proponiendo candidatos identificados con las inquietudes del pueblo.

Hoy en día son otros tiempos en donde la democracia quiere asentarse nutriéndose de los auténticos anhelos del pueblo, pues si el pueblo necesita y quiere democracia, el partido debe dar ejemplo claro de democracia, sin embargo hay todavía quién se empeña en repelerla. 

Nuestros gobernantes siempre han puesto como ejemplo a Francisco I. Madero quién postuló como bandera el sufragio libre, imitémoslo propugnando una legítima democracia.

Este ejercicio será el primer examen que la presente administración estatal enfrente y si el partido en el poder logra ganar las posiciones necesarias podrá, con holgura, llevar una supremacía en los debates, de manera que las iniciativas del Ejecutivo del Estado puedan pasar con calificación aprobatoria, de lo contrario se podrán ir a la congeladora, pues el último año de la actual legislatura la presidirá el partido Morena, cuya fuerza la llevará según sus deseos, máxime que se aliará con los congresistas federales y cuidado porque los tiempos se aproximarán para escoger a los candidatos a gobernador. 

Los demás partidos podrían inclinar la balanza, todo dependerá de lo que se ofrezca.

Más bien de cuánto se ofrezca.

También aquí jugará la oferta y la demanda.

Como en el mercado.

Se lo digo EN SERIO.

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