Se acerca, en prácticamente dos semanas, el Cuarto Informe de Gobierno de la Administración de Peña Nieto. En el momento que las encuestas lo ubican en su más bajo nivel de aprobación, el Presidente de la República se prepara para remontar políticamente, con la consolidación de sus reformas, con su necesaria participación en las definiciones político partidistas de cara a su sucesión, y ante los más recientes embates de la prensa internacional que lo persigue sin tregua, teniéndolo siempre bajo la lupa.

Telecomunicaciones camina, la energética avanza sigilosamente, a pesar del último gasolinazo, y aumento en tarifas eléctricas,  y educación vive día a día un proceso de redefinición, sin que   para nada sea una apuesta perdida, ni mucho menos. Las Reformas van a detonar sus beneficios, casi en conjunto. Vendrá un boom, y todavía será a tiempo.

El mundo sigue confiando en México. En la Olimpiada participan 205 países, son los mismos a los que cualquier inversionista puede llevar sus empresas y negocios. A lo mejor es para usted sorprendente, pero siguen confiando en México. Cada mes aterrizan decenas de proyectos productivos en nuestro territorio.

Un cuarto de siglo, en promedio,  después de las reformas salinistas, el campo vive el mejor momento en la historia del México independiente. Estamos en camino de ser una potencia agroalimentaria. Lo que se sembró en los primeros tres años del sexenio, hoy es una cosecha generosa.  Ahí sí, ya nadie nos va a detener.  

En gran parte por ello, ni con la subida del dólar al nivel de los diecinueve pesos, ni con el último aumento en las gasolinas, la inflación se ha desatado. No crecen los precios más allá de lo estimado. Lo del aguacate, es como lo de los malos resultado en Río de Janeiro, tiene un por qué, y tiene un por dónde.  Pero pasará, y lo olvidaremos.

Estemos preparados para que a finales de año podamos saludar, con optimismo desbordado un sustancial aumento en el precio internacional de los hidrocarburos. Y a lo mejor, también sorprendentemente también, tengamos que modificar, pero a la alza, un presupuesto federal que de origen será ajustado.

El Presidente no solo es audaz, es sagaz. 

Esperemos ver en lo que resta de su gestión, particularmente a finales de este año, y durante todo el 2017, sus mejores dotes de estratega político. Vienen las tres últimas gubernaturas de su mandato, antes de la elección del 2018.

En su estado, el Estado de México, hará gala de su maestría para definir un proceso de selección de candidato del PRI que reagrupe a todos las corrientes de ese estado tan emblemático para el priismo.

En Coahuila y en Nayarit, no necesitará hacer gala de habilidades;  solo del ejercicio de su poder; no hay fuerza para resistencia, para definir el abanderado de su causa. Las condiciones locales le son totalmente propicias para ello.

De cualquier manera, el resultado electoral del próximo calendario, será definitorio de la escenografía y el elenco de la puesta en escena del proceso electoral por la Presidencia. 

Ganando el Estado de México habrá moral para ir por el refrendo para la grande. Lo de más es lo de menos.

La irritación social que ocasiona la movilización y radicalidad de los maestros inconformes con la Reforma Educativa terminará siendo un espacio privilegiado para lucir las capacidades ejecutivas del peñismo, aparentemente tan debilitadas hoy día.

Atentos a lo que viene. Que viene mucho, y que podrá venirnos muy bien.