El poderío chino y su influencia en México

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El poderío chino y su influencia en México

Desde finales de los ochentas, con el inicio de comercio internacional ya en toda su dimensión, China inició una estrategia que al día de hoy es un ejemplo para el mundo: se ha convertido en el mayor exportador mundial en menos de cuatro décadas. El monto total de sus exportaciones en dólares fue de 2,499,457,000,000 (dólares) en 2019. Una suma a todas luces impresionante para el país asiático. Sin embargo, lo importante en esta columna de hoy no es hablar de China, sino de la gran influencia que ejerce específicamente sobre México, se quiera o no. Mientras la globalización sea el nombre del juego económico, se sufrirán consecuencias como algunas de las que se presentarán a continuación.

El aumento sostenido de los combustibles aquí en nuestro país, es uno de los temas de mayor preocupación y recurrencia en cualquier asunto económico y empresarial. Se buscan respuestas que pasan por la mala administración gubernamental hasta teorías de la conspiración. Sin embargo, una de las razones probadas es que China, al resurgir de la crisis sanitaria, se ha volcado a generar crecimiento en todos sus sistemas productivos y como ellos van a terminar el proceso de vacunación de toda su población en noviembre, requieren combustibles para producir. China consume más del 7 por ciento de la gasolina del mundo, es una de las razones por las que no sólo en México, sino en todo el mundo, la gasolina está por arriba de los precios que acostumbrábamos pagar. Este consumo no ha podido pasar desapercibido para Estados Unidos, que es proveedor también de este hidrocarburo para ambos países. Medio Oriente no ha sido capaz de absorber el shock de demanda y ha reaccionado ante la escasez aumentando el precio, no la producción, y ya han dicho que tampoco la harán en los meses venideros. Y allí se tiene, una de las razones del elevado precio de la gasolina y que no va a cambiar en los siguientes seis meses, al contrario, en la medida que el mercado chino acelere su crecimiento, mayor será el precio en México. Habrá que consolarse pensando en que todo el mundo paga gasolina cara.

En lo que se refiere a la inflación en productos alimenticios, China vuelve a hacer su aparición de una manera muy agresiva, esta vez porque su gran población, poco menos de mil 400 millones de personas en 2019, consume alimentos en un volumen proporcional a sus habitantes. Las necesidades de comida de una población de esta magnitud son igualmente gigantescas, y lo peor es que tienen dinero para pagar lo que sea que quieran comer. Importan de México cerdos, pero de todo el mundo llegan a ese país verduras, carnes (aunque res muy poca), pescados y mariscos, y hasta animales exóticos como víboras, jabalíes y monos, por mencionar unos cuantos. El problema es que en años de sequía como éste y 2022, cuando el fenómeno del niño hace su aparición y la temperatura ambiental del mundo sube 2 grados en promedio y aparecen las sequías, el precio de los alimentos se va literalmente al cielo. El Banco Mundial asegura que China es responsable cuando menos de un 2 por ciento del aumento anual de los alimentos, primero por su apetito por productos internacionales y en segundo lugar porque a través del incremento en su ingreso han ido sumando a su alimentación frutas y verduras importadas que dejan a sus países de origen sin el producto en cuestión. Sudáfrica ya sufrió una inflación acelerada en el mango manila hace tres años. China dejó literalmente sin mangos a ese país porque compró casi toda la producción de mayor calidad y lo que quedó sin venderse, simplemente subió de manera estratosférica, eso representa China en el mundo de la alimentación y esa es su capacidad de transformación económica de terceros países.

En términos financieros, es uno de los tres mayores competidores de inversión extranjera directa que tiene nuestro país. Se ha sabido desde hace 20 años que China nos ha quitado oportunidades de atraer inversión generadora de empleos. El precio tan bajo de la mano de obra china siempre ha sido su factor más conocido y socorrido, pero ahora las cosas han cambiado y sus salarios empiezan a mejorar en porcentajes por arriba del 15 por ciento anual desde 2017, poniéndoles ya incluso en ciertos sectores por arriba de los salarios mexicanos. El stock de la inversión extrajera directa china llegó en 2019 a mil 769 billones de dólares, mientras que la cifra para México es de 33 mil millones de dólares. Nada que ver, pero según analistas económicos internacionales, México podría haber captado un 60 por ciento más de ese total, de no haber sido por la posición dominante que ocupa el gigante asiático.

Se quiera o no, lo que pasa en China está afectando duramente a México y no existe o por lo menos no puede verse, una estrategia para contrarrestar el movimiento gravitacional económico ejercido por ese coloso de Asia. Nuestro Presidente cree que el precio alto de las gasolinas es por culpa de los neoliberales gasolineros, pero no voltea a ver el mundo (no sabe que existe), si lo hiciera sabría de inmediato los efectos del juego de la economía global. Tampoco se pueden cerrar fronteras simplemente porque no se puede. Es por esto, entre otras muchas razones, que se están buscando energías alternas que eviten estos fenómenos donde China domina. La guerra comercial entre China y Estados Unidos parte de ese daño que genera el esquema globalizador (en economía se llaman externalidades negativas). Y aunque hay un acuerdo comercial, se protegen sectores para evitar cierres de empresas y pérdida de empleos. México no ha hecho nada para evitar las externalidades negativas chinas y competir con mayor éxito en la arena mundial. Hace falta hacerle ver al Presidente que no todo es culpa de los neoliberales ni tampoco de los chinos, sólo algunas cosas.