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El Plan B no siempre funciona para el Tri
MÉXICO.- Ya sea porque se empalman torneos o por simple decisión del entrenador al mando, la Selección Mexicana ha apostado en siete oportunidades por un equipo alternativo para disputar la Copa Oro, con la edición que iniciará este fin de semana como el octavo “experimento” y primero de Juan Carlos Osorio.
Lo que podría denominarse “Equipo B” mexicano tiene balance de tres títulos y cuatro fracasos.
Recurrir a los alternativos data del lejano año 1993, cuando el Tricolor tuvo su primera participación en Copa América. En aquel entonces, con Miguel Mejía Barón como entrenador, se convocó a un equipo poco habitual que se reforzó con titulares como Claudio Suárez y Jorge Campos, que a la postre ganó el título.
Aquel experimento ayudó a Mejía Barón a descubrir talentos que eventualmente llegaron al Mundial en Estados Unidos un año más tarde, entre ellos el defensa Jorge Rodríguez.
Para la Copa Oro de 1996 se vivió una situación similar con un título forjado en los pies de varios jugadores de 23 años como Cuauhtémoc Blanco.
Bajo el mando de Javier Aguirre, en 2009 se llevó a una Selección que tenía a los jóvenes Carlos Vela y Giovani dos Santos. La final nos enfrentó con Estados Unido, a quienes se venció con categórico 5-0.
Por los tres éxitos enumerados del Tri con el cuadro “B”, es necesario recordar los cuatro fracasos consumados en las ediciones celebradas de 2000, 2002, 2005 y 2013.
La Selección de Manuel Lapuente del año 2000 se quedó en el camino ante Canadá —que a la postre sería campeón— y eso que contaba con jugadores como Juan Francisco Palencia, Rafael Márquez y Óscar Pérez, acompañados por Jesús Mendoza, José María Higareda y Nacho Hierro, entre otros.
A meses de jugar el Mundial se organizó la Copa Oro de 2002, lo cual motivó que Javier Aguirre formara un equipo totalmente alternativo. Corea del Sur, país que albergaría la Copa del Mundo de aquel año, llegó a CONCACAF para el certamen y echar a México en los cuartos de final.
El 2005 también presentó la problemática de dos torneos empalmados. Por un lado la Copa Confederaciones de 2005 (15 al 29 de junio) y en otro la Copa Oro (6 al 24 de julio). Ricardo LaVolpe puso todas sus “armas” en la antesala del Mundial en Alemania, mientras que en la zona tuvo que emplear el “Plan B”, que quedó fuera ante Colombia en cuartos de final.
Lo mismo sucedió en 2013, cuando ambas competencias se encimaron y el Tri debió apostar por un cuadro distinto al que participó en la Confederaciones de Brasil, pero esta vez no pudo superar las semifinales ante Panamá, en lo que fue el ocaso del Chepo de la Torre en el banquillo.