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El placer de destruir

La semana en curso la “H” Cámara de Diputados, que no es honorable ni cámara ni de diputados al no pasar de ser más que una patética carpa desde donde se suman esfuerzos suicidas para destruir a México, presentó, en el último momento y sin siquiera pasar por comisiones, una aberrante iniciativa para regularizar retroactivamente algo ilegal, como lo es la internación ilícita, obviamente por la vía del contrabando, según ellos, de 18 millones de automóviles provenientes de Estados Unidos.

Los diputados de Morena y sus aliados, que aprobaron dicha iniciativa, alegaron sin demostrarlo –en su corrupta insensatez para ocultar los beneficios adicionales que obtendría la mafia importadora de automóviles– que a través de la “regularización” se recaudarían 50 mil millones de pesos y que la decisión implicaría ayudas económicas para familias de escasos recursos incapaces de comprar un automóvil de manufactura nacional. Ahora sucede que se acabaron las carcachas y que los municipios se van a enriquecer con un ridículo proyecto tributario, sólo útil para convencer a los desesperados e ignorantes de acuerdo a las eficientes técnicas de embrutecimiento colectivo a las que recurre ese partido de extracción de populismo perverso.

Es falso que la medida ayude a las familias más pobres del País, porque se perderían cientos de miles de empleos productivos, los que más requiere México. Es falso que se trate de 18 millones de automóviles internados de contrabando sobre todo si no se pierde de vista que contamos con casi 3 mil kilómetros de frontera con Estados Unidos. Según el Inegi, en México existen 42 millones de autos en el País, por lo que la cifra de 18 millones de autos ilegales es otro embuste más para disfrazar objetivos inconfesables del partido en el poder. La cifra podría ubicarse entre uno y uno y medio millones de autos importados ilegalmente. Imposible saber cuántas armas o anfetaminas o toneladas de cocaína hay en el País…

Cuando la iniciativa suicida llegó a la Cámara de Senadores, dichos legisladores sí entendieron el daño que se ocasionaría a la economía y a la sociedad de aprobarse una ley de semejante naturaleza, toda vez que el mercado automotriz lleva 28 meses a la baja, que de un mercado de un millón 600 mil vehículos nuevos anuales en 1917 ya sólo se producirán un millón 300 mil en 2019, desplome industrial que tiene efectos colaterales en el empleo, en la recaudación, en el crecimiento económico porque se afecta la industria acerera, la del aluminio, la hulera, la del vidrio, la de la pintura, la de las llantas, la metalmecánica, así como se lastima a los distribuidores de vehículos, a los talleres y a los comercios paralelos.

Los senadores devolvieron la iniciativa a la cámara de origen porque de regularizarse los automóviles ilegales el mercado podría caer hasta llegar a 900 mil unidades, un desastre económico, tributario y social por donde quiera verse, cuando la industria automotriz mexicana representa el 3 por ciento del PIB total, el 20 por ciento del PIB manufacturero y tiene contratados legalmente 2 millones de empleados en toda la cadena. México es el séptimo productor de automóviles del mundo, el cuarto exportador a nivel mundial y es la principal fuente generadora de divisas del País que este año se elevará a 85 mil millones de dólares.

Los senadores sí entendieron que la regularización del contrabando rodante beneficiaría a las mafias dedicadas a la importación ilegal de automóviles, generaría más ilegalidad y, por ende, más oportunidades para el crimen organizado dedicado, entre otros menesteres, al lavado de dinero. Concluyeron que no convenía impulsar la economía informal y que, además, lo aprobado por los diputados provocaría un desplome en la recaudación del IVA del tenor de 50 mil millones de pesos, más un quebranto al fisco por otros 20 mil millones de pesos por concepto del ISAN.

En aras de una objetividad periodística resulta obligatorio dejar constancia que la misma Cámara de Senadores también se opuso al aumento de las tarifas del agua destinada al campo, medida que hubiera desquiciado al sector rural de México.

¿Resultado? La “H” Cámara de Diputados regresó al Senado la misma iniciativa en el contexto de un extraño placer en destruir lo que sí funciona en México. Los senadores deben imponerse antes de la debacle…

@fmartinmoreno