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‘El perro que cuida la ciudad’; Geroca pinta al letargo saltillense
Geroca es un viajero regional. El artista suele visitar cantinas y hoteles de paso de Coahuila y estados vecinos, donde experimenta y recoge experiencias de todo tipo, escenas de la vida popular de las ciudades, los actos que suceden entre cervezas y coca, el humo del cigarro y la contaminación de las calles.
Y aunque cada nueva colección empieza tan temprano como el año mismo este 2020 también afectó su producción. No se volcó a las redes, como otros artistas. Él no es de estar mostrándose de esa manera. Pero sí abocó su serie “El perro que cuida la ciudad” a lo que la contingencia sanitaria le permitió disfrutar aquí en Saltillo y, sacándole provecho al encierro, creo su más grande exposición.
Con 101 cuadros —comparados a los 60-80 que llegó a presentar en años previos— esta muestra, que se inaugura el martes 1 de diciembre en su ya tradicional hogar, la Taberna el Cerdo de Babel, Geroca plantea una obra vasta y que en sus distintos temas continúa la exploración de la vida de las cantinas, la presencia de la tecnología, el tráfico vehicular y ahora, como centro de todo, la un enigmático y masivo perro azul que observa pasivamente todo este acontecer.
“Geroca siempre trabaja con temas, hace varios cuadros sobre el mismo tema. No que sean ejercicios o variaciones del mismo paisaje, o de la misma escena, sino que aborda intereses o curiosidades de Geroca en diferentes escena”, explicó en entrevista con VANGUARDIA Sergio Castillo, socio de bar.
“Por ejemplo hay una pequeña serie, dentro de la serie, que se desprende del cuadro principal que le da nombre a la exposición, en donde aparece la catedral, aparecen gatos y perros y figuras humanas también”, agregó, “también hay otras pequeñas series en donde se aborda a sí mismo en su estudio, pintando, otras en donde habla del tráfico vehicular, que siempre ha sido una preocupación para Geroca, hablar como peatón, es un tema que le preocupa y le molesta, tiene varias piezas que hablan de eso”.
En estas obras en particular, las que abordan la cuestión del incremento de la presencia automotriz en Saltillo, Castillo observó un manejo diferente de la pintura.
“Hay una diferencia en el manejo de las texturas, los colores y la luz, cambió como ciertas tonalidades, son piezas muy atractivas por lo diferentes que son. Geroca siempre es una explosión de colores y luz, pero estas piezas particularmente hablando de las del tráfico vehicular tienen ahí unos tonos de atardeceres muy interesantes, consigue unos colores muy peculiares”.
Reservado como es, Geroca deja a juicio del espectador las reflexiones sobre la cantidad de símbolos y escenas que maneja en sus composiciones, aunque no por ello se cierra a la discusión de los posibles significados de su trabajo.
“Conversamos porqué un gran perro cuida la ciudad, y ahí en la reflexión decíamos que bien podía ser un símbolo de la ciudad: un gran perro dormido, viejo, aletargado, puede representar el ánimo de la ciudad, lo que regularmente es Saltillo, un gran animal aletargado, dormido, azul”, comentó Castillo, “también puede ser una figura de autoridad, el perro es un símbolo también de protección, pero está dormido en la Plaza de Armas, en medio de los principales símbolos de la cudad, el Palacio de Gobierno y la Catedral. La representación religiosa y la representación política están acompañadas de un perro en la plaza pública, que representaría la parte civil, los ciudadanos, pero están en donde está el perro […] Geroca no habla mucho sobre los significados de sus piezas, pero estuvo de acuerdo con esas interpretaciones”.
El regalo por el cumpleaños de Saltillo
La pieza titular, también como un hito en su tradicional forma de proceder, fue revelada en julio pasado como un regalo a la ciudad por parte del artista en el marco de su aniversario. En ese momento la obra, la más grande la exposición, aún no estaba lista, pero aún así causó sensación.
“Se enteró, no se lo esperaba, nosotros tampoco nos lo esperábamos la verdad, a partir de que se publicó empezó a haber personas interesadas en adquirir la pieza, sin embargo no tenía en ese momento precio, tampoco estaba acabada, de ese momento a ahora le hizo muchísimas modificaciones y volvió a reconstruir varias partes y es una pieza muy acabada, tiene un año de trabajo, es una pieza a la que Geroca le metió mano desde finales de noviembre del año pasado hasta la semana pasada”, compartió el gestor cultural sobre las reacciones que provocó este trabajo, el cual estará expuesto junto con el resto de la serie en El Cerdo de Babel durante diciembre y enero.