Este 20 de julio el presidente Enrique Peña Nieto cumple los emblemáticos 50 años de edad, pero la realidad de su partido –que recién estrena líder nacional en la persona de su tocayo, el prácticamente desconocido Enrique Ochoa Reza– no atraviesa su mejor momento.

Y es que, “por primera vez en siete años, el Partido de Acción Nacional se sitúa, según una encuesta de Parametría, en cabeza de las preferencias electorales para 2018. Con un 32 por ciento de la intención de voto, la fuerza de la derecha adelanta así al gubernamental PRI, que obtiene la segunda plaza con un 24 por ciento, pero a muy poca distancia de la formación del sempiterno candidato de la izquierda Andrés Manuel López Obrador (21%)”.

Así lo publicó el diario español El País, que muestra cómo el lento declive sufrido en los últimos años por el tricolor se ha agudizado en poco tiempo.

“Un deterioro del que los comicios de junio, donde se disputaban 12 gubernaturas, ya dieron aviso. El PRI partía con 9 estados y al final de la noche electoral se quedó sólo con cinco. La inseguridad, la falta de alicientes económicos y, sobre todo, los escándalos locales, largamente desatendidos e incluso consentidos por la metrópoli, habían calado en el electorado. El castigo resonó en todo el País y dejó al PRI ante el espejo de sus males”.

Francisco Abundis, director de Parametría, señala que la efervescencia por el triunfo panista aquel 5 de junio perdura hasta hoy, aunque, obviamente, nada está garantizado.

“El PAN se ha beneficiado de los escándalos locales del PRI y vive un boom”, explicó el especialista. “Ha obtenido su mejor registro desde 2009, pero no está consolidado, todavía es una burbuja. Su trabajo consiste en convertirla en tendencia”.

Pero al carrera por la Presidencia de la República en 2018 no se da solo entre el PRI y el PAN, a querer y no, la figura de López Obrador, aspirante presidencial en 2006 y 2012, lejos de apagarse, se acerca peligrosamente, gracias al fortalecimiento de Morena, su Movimiento de Regeneración Nacional, que obtiene un 21 por ciento de las preferencias del electorado.

“De hecho, si tomamos el margen de error de la encuesta, están en empate técnico”, destaca Abundis.

En contra parte, el PRD, antiguo partido de AMLO y de la hegemonía de la izquierda mexicana, ahora únicamente cuenta con el 8 por ciento de intención de voto, de acuerdo a la publicación de El País.

“Pero en su debilidad radica también su fuerza”, establece el rotativo. “Incapaz de presentarse por sí mismo a la contienda presidencial, el PRD busca aliado. Y su respaldo, en un universo de voto tan fragmentado, puede ser determinante para que el candidato del PAN o López Obrador alcancen la Presidencia”.